En el período de duración de la campaña de vigilancia y control de velocidad puesta en marcha por la Dirección General de Tráfico entre el 20 y el 26 de julio, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil han controlado 7.829 vehículos. El resultado es que el 82% de los excesos de velocidad se dieron en carreteras convencionales, es decir, fuera de los tramos de autovía.

Del total de vehículos controlados, 861 conductores resultaron infractores, concretamente 710 en carretera convencional y 151 en autopista o autovía.

De los controles realizados, más de la mitad tuvieron lugar en carreteras convencionales que es donde se produce más del 80% de los accidentes con víctimas.

La velocidad media alcanzada por los vehículos denunciados en carreteras convencionales ha sido de 105,06 kilómetros por hora, vías donde el límite de velocidad está habitualmente fijado en 90 o 100 km/h. que se ha elevado a 139 km/h. en autopistas y autovías.

El alto porcentaje de accidentes que se producen en las carreteras convencionales, ha hecho que se refuercen los controles en este tipo de vía, a través de los radares. Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico han realizado una importante labor de vigilancia, prevención y concienciación, recordando que el exceso de velocidad no sólo incide en la seguridad vial, sino que también tiene una repercusión negativa sobre el medio ambiente, la calidad de vida ya que aumenta por ejemplo, el ruido que producen los vehículos y la economía, incrementando el consumo de carburante.

La Ley de Seguridad Vial y el Reglamento General de la Circulación fijan las sanciones aplicables a los excesos de velocidad, que pueden suponer multas de 100 a 600 euros y pérdida de hasta 6 puntos. Además, el artículo 379 del Código Penal, estipula que una velocidad superior en 60 kilómetros por hora en vía urbana o en ochenta kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida, es un delito que tiene aparejada pena de prisión de tres a seis meses; o bien multa o la realización de trabajos en beneficio de la comunidad, y, en cualquier caso, la de privación del derecho a conducir vehículos a motor o ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.

Desde la Dirección General de Tráfico se incide en la importancia preventiva y pedagógica de esta campaña para concienciar del peligro de superar los límites de velocidad no sólo para el conductor, sino también para el peatón.