Semana Santa

Sinfonía de ángeles para La Victoria y La Esperanza

  • La Plaza Niña se convierte en el lugar más íntimo y lleno de emociones de la Semana Santa. La ciudad vive su jornada mariana por excelencia.

LA primavera al final nos dejó una primera jornada completa. El Miércoles Santo era una fiesta. Pocos días son como este en Huelva. El tiempo de lluvia parece que se ha apartado, al menos hasta mañana Viernes Santo.

Un día en el que confluyen dos vírgenes coronadas, La Victoria y La Esperanza. La Reina del Polvorín y la Reina de San Francisco. La Victoria trae todo el barrio a Huelva y en el centro la Esperanza se hace barrio ensalzando las calles de siempre.

La Hermandad del Polvorín tiene una salida que va desde la propia iglesia hasta el arco del Barrio Obrero, donde la cofradía se despide para bajar la alameda y es cuando el capataz llama y dice: "Quinete, vámonos pa Huelva". Un martillo que en el palio de la Victoria lleva ahora José Luis Moreno Toscano. Antes se vivieron momentos especialmente intensos a la salida, con el paso del Señor adentrándose en la calle Presbiterio Pablo Rodríguez, que este año cuenta con un cordón de sillas para que pueda acceder la cofradía. Una imagen de un paso que veremos cambiado, tanto en el paso en sí, como en el de las figuras, secundarias que está realizando Elías Rodríguez Picón. Es bonito escuchar saetas a la salida de una cofradía cuando es de día, parece que siempre tiene que ser en la oscuridad de la noche.

El recuerdo por los fallecidos en los atentados de Bélgica estuvo presente y se recordó a las víctimas, como hizo el párroco Feliciano Fernández y cuando el cuerpo de nazarenos estaba saliendo y ya se intuía a La Victoria acercarse al dintel de la puerta se escuchó Amargura. Luego en la calle pasada la dificultad de la puerta en la que hay que realizar un gran esfuerzo al sacar el palio de rodillas sonó Victoria del Polvorín y todo fue un delirio, marchas, saetas y aplausos.

En ese momento en la iglesias de la Esperanza comenzaba a caminar el paso del Cristo de la Expiración. Se iba abriendo uno de los grandes días de la Semana Santa de Huelva. Ante el Cristo de la Expiración su capataz, Antonio Toscano, volvía a recordar a sus costaleros que se sacaba al Señor para que la gente que no puede venir a la iglesia pueda rezarle.

La Victoria llegaba al Barrio Obrero desde la avenida Federico Molina, como lo hiciera hace ahora 25 años la Cofradía del Polvorín. Mientras el Señor recorría el paseo de bajada, numerosas personas se incorporaba por la avenida. Era un hervidero humano cuando la Humildad se adentraba por la alameda Sundheim. La Victoria todavía tardaba algo. Le acompañaba en la presidencia del palio al hermano mayor, Luis Parrales; el nuevo alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz; el párroco del Corazón de Jesús, Feliciano Fernández; el secretario de la gestora de la Hermandad de la Cinta, Enrique Rodríguez Peguero, y representación de la Guardia Civil. El palio de la Victoria se dejaba dibujar con los colores de las casas del Barrio Obrero para recrearse en el sotobosque de la arboleda de su paseo, hasta que llega a su azulejo que parece que cobra vida cuando queda enmarcado por los ciriales y aquí para la Virgen. Pasó el arco y la emoción se desvivía con La Victoria. Se adentraba a la alameda y era como si entorno a Ella se viviera una fiesta. Imagen inigualable de la Semana Santa de Huelva con la Alameda Sundheim repleta de gente. El Polvorín venía al cetro de la ciudad a compartir su cofradía.

De su iglesia salía La Esperanza, recibida con petaladas, vivas y aplausos, sonando Esperanza de San Francisco. Un delirio marinero de Huelva con su Virgen de la Esperanza.

Todo caminaba en el Miércoles hacia ese gozo emocionado y único que se vive a las puertas del convento de las Hermanas de la Cruz, donde ese coro de ángeles tienen la mejor sinfonía para las vírgenes de La Victoria y La Esperanza. Ellas, las hijas de Santa Ángela de la Cruz, las mismas que atienden durante todo el año a tantas familias necesitadas, dan aliento a los cofrades y reciben de ellos la gracia de llevarle a sus imágenes. En este Miércoles Santo el encuentro más deseado es ese, el que se produce aquí entre las hermanas y la Esperanza y la Victoria. Rezo y plegarias, voces de ángeles.

Un día el de ayer para la historia en la parroquia de la Purísima Concepción, desde donde salía la Hermandad de la Santa Cruz, después de su periplo en la parroquia de Santiago Apóstol y la Merced. Desde aquí salía la cofradía resguardada por las vayas que ocupaban toda la calzada. En las aceras un público que quería ver cómo se abrían las puertas para dejar salir la cruz alzada, que reproduce la de los Ángeles, que antaño estaba en La Placeta, donde hoy se abre la Carrera Oficial. La Santa Cruz introducía todo su cortejo en la calle Alcalde Mora Claros para El Prendimiento pudiera entrar en la Carrera Oficial. La cofradía del barrio del Carmen. En la calle Plus Ultra se notaba eso, barrio, mucho barrio con su cofradía y la gente de los palcos aplaudiendo a la cofradía y a los esfuerzos que vienen haciendo que se nota en cómo va creciendo. Le acompañaba la Agrupación de la Santa Cruz con su buen toque, que este año cumple su XV Aniversario y no dejar de ir superándose.

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