renovación del PSOE

Iceta señala a Susana Díaz como líder

  • El dirigente del PSC busca en la presidenta andaluza un modo de minimizar los daños en su partido después de la rebelión de sus diputados.

Susana Díaz y Miquel Iceta el jueves pasado en la sede del PSOE andaluz.

Susana Díaz y Miquel Iceta el jueves pasado en la sede del PSOE andaluz. / antonio pizarro

Un ex secretario general del PSOE, tampoco son tantos, sostiene que lo peor que ha ocurrido con el PSC no fue la rebelión de sus siete diputados en contra de la investidura de Mariano Rajoy, sino que su Consell Nacional diese cobertura legal a su desobediencia al Comité Federal. Ése es el choque de legitimidades del que hablaron, el jueves pasado en la sede de San Vicente, Miquel Iceta y Susana Díaz. Ése es el problema esencial de las relaciones entre los socialistas catalanes y los federales. En caso de diatriba, ¿quién jerarquiza? ¿El nacional catalán o el Federal? Si fuese lo primero, lo que han venido defendiendo durante esas semanas algunos miembros cercanos a la gestora del PSOE es que el PSC no debería estar en el Federal o tendría que reducir su presencia a una pequeña cuota. Pero en absoluto, como hasta ahora, seguir manteniendo un poder proporcional al número de militantes. Es más, lo que se ha rumiado es que sus 18.000 militantes saliesen de las elecciones primarias para elegir al secretario general. Esto, en teoría, beneficiaría a Susana Díaz, puesto que la presidenta andaluza, y Miquel Iceta estuvieron enfrentados con motivo de la dimisión de Pedro Sánchez y de la abstención a Rajoy. Y esto es lo que se resolvió el jueves pasado. Sea cual sea el resultado de la comisión que aborda las nuevas relaciones entre PSOE y PSC: el partido catalán hermano, su dirección, no tomará partido a favor de Pedro Sánchez. Se declara neutral. Y hay algo más: la posición del PSC sobre el encaje territorial de España es la Declaración de Granada, la misma que le costó un año negociar a Alfredo Pérez Rubalcaba con los barones de 2013.

Coser. A eso es lo que se dedicó Susana Díaz con Iceta la otra noche en San Telmo durante cerca de tres horas. Aunque la reunión fue solicitada por el primer secretario del PSC, el encuentro ya explica mucho sobre las intenciones de futuro de Susana Díaz. Aunque no sea de modo nominal, la presidenta andaluza está en la carrera por la Secretaría General. Cuando en 2103 el presidente José Antonio Griñán le explicó a Susana Díaz que se marchaba y que ella iba a ser la próxima líder, el PSOE andaluz también estaba roto. El relevo de Manuel Chaves por Griñán derivó en una dura pugna que se complicó con la asunción de responsabilidades por el caso de los ERE. Susana Díaz no fue neutral en ese intervalo. Se posicionó con Griñán y tuvo que asumir la defensa de Carme Chacón en un congreso donde la dirección andaluza perdió. Lo primero que hizo Susana Díaz, al recibir el encargo del relevo, fue ir a hablar con los más críticos y con los más fuertes: la Ejecutiva de Jaén y quien la lidera, Francisco Reyes. Uno a uno, Díaz se fue ganando a todos los que se habían opuesto a Griñán. Así cosió al partido en Andalucía. Y es eso lo que ha comenzado a hacer con Iceta. Quizás no tenga el apoyo declarado del PSC, pero no la enemistad. A cambio, Susana Díaz no va a promover su expulsión y ha asumido una de las demandas de los socialistas catalanes: la reforma constitucional, a la que ella ha añadido la temporalidad de "urgente".

Susana Díaz también ha cambiado su visión escéptica sobre el acuerdo en el País Vasco con el PNV. Ahora no es el tiempo de ahondar en buscar contrincantes, y ha concedido un tiempo de espera a la secretaria general en Euskadi, Idoia Mendia. La presidenta andaluza ha conseguido, de este modo, reconstruir buena parte de su imagen interna. De ser la coautora del golpe, tal como la acusaron los pedristas, ha pasado a ser una persona que puede unir, en palabras de Iceta. Y es que en aquellos territorios donde Pedro Sánchez cuenta con el apoyo de los secretarios territoriales, éstos no controlan sus agrupaciones. Es el caso de la madrileña Sara Hernández o del castellanoleonés Luis Tudanca. En Madrid, aquellos que en su día apoyaron a Tomás Gómez se reunieron el viernes por la noche en el restaurante Riazor, tres centenares de militantes, dispuestos a apoyar a Díaz. Pedro Sánchez, que ayer reapareció en Chirivella, se ha quedado sin barones. Idoia Mendia tiene ahora la prioridad del Gobierno vasco y hay quien sostiene que la balear Francina Armengol ha puesto un poco de tierra de por medio. No obstante, Sánchez quiere constituir una alternativa que él llama de las bases, y tampoco quiere llevar de aval a los líderes de los aparatos del partido.

La reunión de Iceta con Díaz explica mucho de por dónde soplan las apuestas internas socialistas. El primer secretario del PSC es un hombre criado en el aparato del partido, y ha ido a buscar a quien sabe que puede minimizar los efectos de la rebelión de los diputados catalanes en el Congreso. El partido hermano en Cataluña está en una posición de debilidad muy grave, tanto por sus relaciones con el PSOE federal como por sus resultados electorales en la comunidad autónoma. De algún modo, se puede decir que ha buscado a quien manda. O quien va a mandar.

La gestora que dirige Javier Fernández debe ponerle fecha la semana próxima al Comité Federal donde se decidirá el calendario de 2017. Probablemente, será el 17 de diciembre, ya que, de otro modo, esta reunión se tendría que aplazar al próximo año. Antes del congreso y las primarias, se celebrará una conferencia política, de modo que al próximo secretario general se le elegirá en una fecha próxima al verano.

Lo que no se debe descartar es que, al final, Susana Díaz no encuentre contrincantes de peso en las primarias. Es una posibilidad. Todo va a depender de los apoyos que Sánchez haya retenido. En su presentación en Valencia, no hubo pesos pesados, y hay que considerar que, incluso en primarias, muchos militantes votan según las preferencias de su federación. Aunque en Andalucía algunas agrupaciones se pusieron al lado de Pedro Sánchez, en Chirivella sólo estuvieron el alcalde de Jun y Pérez Tapias, personas que apenas controlan a la militancia.

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