Desde mi córner
  • Dejarse remontar los dos últimos partidos ha colocado a Quique en un enclave complicado

Sábado Santo clave para el Sevilla

SERÁ justamente a la hora de comer mañana, Sábado Santo por todo el día. El Sevilla tiene en su canana una bala de vital importancia para gastarla en el centro geográfico de la Península Ibérica. En Getafe, a un naranjazo del Cerro de los Ángeles, vuelve el Sevilla a la cruda realidad de esa Liga que anda perpetrando con más pena que gozo y que le da la oportunidad de alejarse quizás definitivamente del pozo al que se asoma.

El estropicio causado por el Celta hace dos semanas ha soliviantado las cuadernas y el edificio no termina de asentarse. Por ello, el papel de Quique ha bajado de forma alarmante tras los dos últimos sofocones. Tanto el empate de Almería como el traspié con los gallegos mediante dos remontadas sorprendentes han menoscabado el cartel de Quique. A eso se le añade el espectáculo que le montó En-Nesyri y nos encontramos conque la cita en el Coliseum es de aúpa.

Junto a estas cuitas, el alivio de que, poco a poco, la enfermería va vaciándose y que los antecedentes mueven al optimismo. El Sevilla sabe de sobras a qué sabe ganar en Getafe y lo más reciente es 1-3 conseguido en octavos de Copa con aquel doblete de Isaac Romero en el día de su debut goleador con el primer equipo. Claro que ahora sólo se pleitea por LaLiga y ahí nos encontramos con la cruda realidad de que los de Bordalás aventajan a los de Quique en diez puntos.

Quizá ayude a ver las cosas bajo un prisma más optimista el conocimiento que Quique tiene de la que fue su casa. Hasta en tres etapas dirigió al Getafe, pero incide poco en el momento actual. Los últimos devaneos han propiciado que el técnico madrileño se encuentre en la cuerda floja. Y en el caso de que no lo estuviera, nada maquilla la visita de este Sábado Santo a Getafe, algo que podría empeorar según lo que ocurra hoy en Carranza con el frasco de las sales circulando a voleo.

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