El candidato del Partido Popular en Rosal de la Frontera, Miguel Manuel Romero, protagonizó ayer una campaña de recogida de firmas en la localidad contra la subida del agua que ha llevado a cabo Giahsa, empresa pública controlada por el PSOE. La campaña se desarrolló en el mercadillo, donde el dirigente popular estuvo acompañado por el portavoz de la dirección provincial del PP, Guillermo García; el coordinador del PP en la Sierra, José Enrique Borrallo, y miembros de la candidatura rosaleña.

Romero calificó de "indecente" la subida del agua que los ciudadanos ya están notando en los primeros recibos del año, al tiempo que aseguró que esta subida ronda el 15% de media, algo que ha considerado "un ataque al bolsillo de los ciudadanos que no tienen por qué pagar la ruina económica de Giahsa y el PSOE y mantener así a sus numerosos enchufados".

En Rosal, el incremento de las tasas es de más de un 15%, al que habrá que sumarle próximamente los cánones establecidos por la Ley de Aguas de la Junta de Andalucía, que dará como resultado una subida real del 30%, o lo que es lo mismo, un incremento de 20 euros en una factura con un consumo medio de 40 metros cúbicos. Romero declaró que "el PSOE va a subirle el recibo del agua a los rosaleños una media anual de 150 euros y, todo ello, sin prestar un mejor servicio". Se trata de una situación que se repetirá en el resto de municipios de la Sierra y de la provincia, por lo que el PP ha iniciado esta campaña contra tal subida.

El popular recordó, además, que el PP en Rosal siempre ha mostrado su oposición a esta subida, por lo que concluyó que "es evidente que el chiringuito socialista de la Mancomunidad y de Giahsa es bueno para el PSOE pero muy malo para los ciudadanos".

El candidato del PP a la Alcaldía de Rosal manifestó que "el agua es un bien común que debería pertenecer a todos los vecinos de Rosal, sin objeción alguna y de por vida", y añadió que "el Ayuntamiento y el PSOE nos han sustraído, sin contar con la opinión del pueblo, un servicio que es de todos".

El PP criticó que con la entrega a Giahsa del servicio del agua "se han hipotecado las redes de abastecimiento y suministro por 30 años", lo que mermará durante tres décadas los ingresos del Ayuntamiento.