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WWF propone que la UE estudie la construcción de un gasoducto

  • El proyecto debe pasar el trámite de informe del Consejo de Participación · Los ecologistas alertan del impacto que causará en el hábitat del lince ibérico

El proyecto de construcción de un gasoducto en el municipio de Almonte tendrá impacto en el Espacio Natural Doñana. La organización ecologista WWF ha presentado alegaciones al proyecto, que incluye el uso de los yacimientos como almacenamientos de gas. Los ecologistas creen que la única manera de realizar el proyecto es consultando a la Unión Europea.

La intención de la compañía Petroleum es construir un nuevo gasoducto, que conectará con el de Huelva-Sevilla de Enagás, y adaptar la planta Saladillo a las nuevas condiciones de trabajo.

Las obras consisten en la construcción de una conducción enterrada para el transporte de gas de 16 kilómetros de longitud. La conducción partirá de las instalaciones actuales de la planta Saladillo y llegará, mediante el tramo denominado La Mediana, de 6,6 kilómetros de longitud, hasta el paraje denominado Rincón de las Ortigas. En este tramo se sustituirá una tubería existente y en funcionamiento que forma parte del gasoducto Saladillo-Rincón 1 por otra.

A partir del Rincón de las Ortigas, en la margen izquierda del arroyo de La Rocina, la conducción continuará hasta Enagás, por el tramo denominado Los Cabezudos, de 9,4 kilómetros de longitud, éste de nueva construcción. Para el montaje de la conducción se abrirá una pista de trabajo de 13 metros de anchura, que tras la construcción será una servidumbre permanente de 4 metros. La tubería irá tendida en una zanja de 1 metro de profundidad mínima.

Las modificaciones en la planta Saladillo consistirá en un incremento de unos 1.700 metros cuadrados de la superficie de la misma, cuya finalidad será cubrir las necesidades de almacenamiento de los equipos, de las nuevas instalaciones y reservar una parte de su superficie para perforar los futuros sondeos previstos. La conducción cruzará el arroyo de La Rocina. WWW entiende que el proyecto tiene afecciones directas sobre el espacio protegido, ya que tal y como se recoge en el estudio de impacto ambiental, los sondeos se llevan a cabo en el LIC Doñana Norte y Oeste y las tuberías del gasoducto tienen que atravesar además el LIC Doñana. Ambos lugares han sido declarados hábitats del lince ibérico.

La organización ecologista considera que el proyecto sólo podría realizarse legalmente, según el artículo 6 de la Directiva 92/43CEE, bajo "consideraciones relacionadas con la salud humana y la seguridad pública, o relativas a consecuencia positivas de primordial importancia para el medio ambienta, o bien previa consulta ala Comisión Europea".

Según los conservacionistas, en la zonificación establecida en el PORN del Parque Natural tanto las parcela de Saladillo como el gasoducto en parte de su trazado están dentro de la denominada Zona de Reserva A que "están orientadas preferentemente a la conservación, investigación y renegeración" quedando en ella expresamente prohibidas actividades como las de Saladillo.

Por su parte el emplazamiento del Asperillo, donde se realizaría uno de los sondeos, se localizaría dentro de la Zona de Regulación Especial B1. Los objetivos para estas zonas según el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales "están encaminados al mantenimiento del sistema mediante aprovechamientos tradicionales de carácter extensivo, compatibilizando la actividad productiva con la conservación de la biodiversidad". Son áreas de indudables valores ecológicos, científicos, culturales y paisajísticos.

Aunque existe una infraestructura previa en la zona, WWF expone que los nuevos sondeos y el uso de los yacimientos como almacenamientos de gas, significan que los impactos se extenderán en el tiempo, puesto que los emplazamientos originales ya no se cierran, sino que continúan en servicio ahora con una actividad, la de servir de almacenamientos.

Para la organización, el espacio que debería de recuperarse ambientalmente al final de la explotación de los yacimientos queda ahora ocupada por una actividad industrial que amenaza con extenderse con carácter indefinido en el tiempo, a través de los cambios de uso que se hacen.

Es por ello que, en su opinión, este proyecto no puede tener cabida en estas zonas del Espacio Natural de Doñana, que deben de estar dedicadas a la conservación y no a una actividad industrial con un carácter permanente.

WWF recuerda que este proyecto por sus características tiene que pasar el trámite de informe preceptivo del Consejo de Participación el Espacio Natural de Doñana, tal y como se recoge en el artículo 8 del Decreto 24/2007 que establece las funciones de este organismo.

El proyecto Saladillo incluye la realización de cuatro nuevos sondeos en el emplazamiento del mismo nombre y uno nuevo en el emplazamiento del Asperillo, cada uno con unos 1.000 metros de profundidad aproximadamente.

Según el grupo conservacionista, los efectos previsibles directos e indirectos sobre la fauna, la flora, el paisaje, los suelos y la red hídrica son más que evidente en la fase de ejecución y explotación del proyecto.

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