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Localizados ocho de los once cuerpos de los cerreños fusilados en 1937

  • Los familiares de las víctimas de la represión franquista reciben asistencia psicológica y emocional en el cementerio

La excavación de dos fosas comunes ubicadas en el cementerio de Calañas ha dado un vuelco total a la investigación para localizar los restos de once vecinos de El Cerro de Andévalo fusilados el 13 de noviembre de 1937. En la mañana de ayer lunes el grupo de trabajo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) decidió abrir un nicho del mismo cementerio donde se han localizado cinco cuerpos en una caja de madera.

Había prueba documental de que en 1943 una de las familias de los fusilados había adquirido un nicho en el cementerio para depositar el cuerpo de uno de los asesinados, concretamente del primer alcalde republicano de El Cerro. Lo que no esperaba el equipo de la ARMH es encontrar restos de cinco personas.

Para Francisco Javier González Tornero, encargado de realizar el estudio previo a la exhumación, "después del resultado de las catas que estábamos realizando en las fosas 19 y 20, pensábamos que la exhumada en 1943 era la número 20 -donde aparecieron los tres cuerpos-, al abrir la número 19 y sólo encontrar restos de pequeños huesos empezamos a pensar que realmente la que pudo ser exhumada en aquel año pudo ser la 19 por lo que nos decidimos abrir el nicho del que teníamos prueba documental".

El nicho se encuentra en la calle Nuestra Señora de Purificación, número 41. Allí, el equipo investigador encontró ayer cinco cuerpos, todos dentro de una caja de madera. Tornero ha señalado que "en 1943 el hermano del alcalde republicano de El Cerro se trasladó al cementerio de Calañas para abrir una de las fosas y recuperar los restos. Iba acompañado del médico de la localidad y del segundo alcalde. Se entiende que el escenario era complicado y ante la imposibilidad de saber con certeza qué restos correspondían al hermano, decidieron enterrar a los cinco que sacaron".

Los familiares de los once fusilados asisten cada día al cementerio para seguir el trabajo del equipo de la ARMH. En este sentido, un psicólogo los acompaña para "trabajar las emociones de estas personas que llevan años esperando recuperar los restos de los suyos", ha explicado Santiago Macías.

Este acompañamiento y trabajo se hace en la propia exhumación, a la hora de ver los restos y sobre todo durante la identificación de los objetos encontrados. "Debemos ofrecer a los familiares este apoyo pero con buenas condiciones ya que si terapéutico es recuperar los restos y darles sepultura, más terapéutico debe ser todo el proceso", ha añadido Santiago Macías.

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