La Asociación de la Memoria Histórica del Condado y Campiña en Huelva entregó esta semana una petición al Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, con el objetivo de que "medie en la situación crítica" en la que se encuentra la fosa común de La Palma del Condado.

Según explicó el presidente de la Asociación del Condado, Ignacio Ávila, espera que Chamizo "tenga fuerza suficiente y que pida al Ayuntamiento que preserve esta zona y que aporte facilidades para sacar los restos de los familiares", ya que estos días anteriores, las excavadoras de una constructora "han trabajado y removido el terreno del antiguo cementerio, donde se encuentra la fosa, formando calles sobre la zona a través de bordillos e introduciendo unos tubos de goma para instalar tuberías y cables de luz", según indicó Ávila.

Por otra parte, el vicepresidente mostró "su satisfacción" por la decisión del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón de convertir en sumario la investigación que abrió sobre los crímenes de la Guerra Civil y el Franquismo, e incluir en el auto dictado ayer a las fosas comunes de La Palma y la de las localidades de Bonares y Niebla, en la que se encuentran "enterrados muchos vecinos de la Palma", según indicó el vicepresidente. En este sentido, Ávila a-puntó que espera que "la orden de Garzón llegue a los juzgados de La Palma, tras lo que se tendrá que hacer la exhumación".

En cuanto a la reunión que la Asociación Andaluza de Memoria Histórica ha pedido a la consejera de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía, Evangelina Naranjo, Ávila señaló que tendrá lugar el próximo día 21 y que la Asociación del Condado "estará presente", aunque indicó que "hay dudas sobre la fecha porque puede ser que ese día tenga lugar una huelga de funcionarios de justicia".

Cabe recordar que el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, autoriza en un auto "a la mayor brevedad" la apertura de 19 fosas comunes en toda España en las que estima se encuentran restos de desaparecidos durante la Guerra Civil y la dictadura franquista (1936-1975). Garzón subraya el suplicio de los familiares de las víctimas porque no supieron si estaban vivas o muertas.