Provincia

La Junta lanza una campaña para proteger el castañar serrano

  • La Administración andaluza advierte a los visitantes y turistas que no pueden entrar en los campos privados a recoger castañas de forma ilegal

La Junta de Andalucía presentó ayer una campaña publicitaria y de concienciación para salvar el castañar serrano de los desaprensivos que cuando llega el otoño se dedican a campar a sus anchas y a invadir y recoger castañas "de manera ilegal". La Administración autonómica pretende informar a los miles de visitantes a través de dípticos, carteles y publicaciones repartidas por sectores hosteleros que llegan a la Sierra de Huelva de la importancia que el castañar tiene para la economía local y de los daños que causan a la renta de las familias que en esta época comienzan la recogida de este fruto. Hay que tener en cuenta que por cada kilo 'ilegal' de castañas que los visitantes cogen de los campos su propietario deja de percibir los 72 céntimos de euros que alcanza en el mercado aunque esta cantidad se incrementa hasta los 18 euros el kilo cuando el fruto típico del otoño serrano se convierte en el cotizado marrón glacè que tanto atrae a los franceses y centroeuropeos, según los cálculo expuestos por Félix Soto, gerente de la Agencia de Innovación y Desarrollo en Andalucía (Idea).

El delegado del Gobierno andaluz, Manuel Alfonso Jiménez, a quien acompañaron Soto y la delegada de Agricultura, Esperanza Cortés, subrayó que la zona más afectada por la recogida ilegal de castañas es el triángulo formado por las localidades de Galaroza (733 hectáreas de castaños); Fuenteheridos (600 hectáreas) y Castaño del Robledo (700 hectáreas). La superficie que ocupa el castaño en la provincia de Huelva llega a las 4.500 hectáreas, el 32,6% de la producción castañera de la comunidad andaluza y el 3,2% del territorio nacional. De la serranía onubense salen cada año 3.200 toneladas de castaña, una producción que se ve mermada por la progresión de enfermedades arbóreas que requieren cada vez más atención.

Jiménez añadió que el 78% de las explotaciones son tierras de menos de cinco hectáreas, lo que explica la situación de minifundio que vive este cultivo autóctono que llegó a Huelva con la invasión romana y siglos después fue perfeccionada por la repoblación leonesa de la Edad Media.

La Junta de Andalucía advirtió ayer a los visitantes de los campos serranos que el 90% de ellos son privados y el 10% de las administraciones para alertar, aunque sin anunciar sanciones, de que cuando se entra en una finca se invade una propiedad privada. El responsable gubernativo reconoció que esta campaña se pone en marcha tras las quejas de los pequeños propietarios que ven como cada año les birlan miles de kilos de castañas especialmente en los puentes y los fines de semana.

Los pequeños productores recogen el fruto con el sistema tradicional, a mano, por lo que demandan mano de obra a lo que se añade la existencia de empresas que comercializan derivados de la castaña para la repostería.

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