Brutal, premeditada y grabada con móviles. La madre de la menor que recibió el pasado lunes una paliza, presuntamente a manos de un grupo de jóvenes en Nerva, mantiene que a la adolescente, de 15 años, le propinaron "patadas en la cabeza, en la espalda, tirones de pelo, puñetazos, insultos..., hasta llegar a la pérdida de consciencia". Manoli (nombre ficticio para preservar la identidad de la menor) denuncia que "la agresión fue presenciada por ciudadanos de la localidad, aunque nadie intercedió por mi hija". La víctima permanece ingresada en el Hospital Comarcal de Minas de Riotinto desde el mismo día de los hechos tras recibir la paliza.

Manoli relata que la paliza fue "premeditada y organizada previamente". Y para ello se basa en la propia narración de los hechos que le trasladó su hija, que actualmente estudia tercero de ESO en un centro que se ubica fuera del municipio. Curiosamente, ese lunes se encontraba en el pueblo cuando recibió una llamada de unos amigos a las 16:15 para quedar en un garaje. Allí -siempre según la versión de Manoli- le esperaban "varios menores de entre 15 y 16 años, además de otra joven mayor de edad, que le agredieron física y verbalmente hasta las 20:00, dejándola inconsciente en la calle", a donde la sacaron tras encontrarse con ella.

La adolescente, con varias lesiones, pudo ir a pie hasta su casa, desde donde llamó a sus padres, que se encontraban en el trabajo. Posteriormente, su madre la llevó al centro de Salud de Nerva desde donde una ambulancia la trasladó al hospital de Minas de Riotinto.

Manoli detalla que, según su hija, las presuntas agresoras materiales fueron seis de las siete niñas que presenciaron la brutal agresión, mientras que "los demás se dedicaron a mirar e incluso muchos de ellos grabaron todo con sus móviles".

La primera denuncia fue interpuesta por los sanitarios del hospital que atendieron a la menor, pero tras esto la familia ha denunciado los hechos ante la Guardia Civil, que dio traslado de la denuncia a los juzgados de Valverde del Camino junto con las diligencias instruidas. Una semana después de los hechos, Manoli reconoce que "la familia está muy afectada" y que su hija presenta daños físicos por todo el cuerpo, además muchas "secuelas psicológicas".