Provincia

Ercros vende a Salinas del Odiel sus plantas de producción de cloro y sal

  • La operación está sujeta al traspaso de las actividades y segregación de los terrenos La compañía detalla hoy al comité de empresa las condiciones de la transacción

La compañía Ercros ha alcanzado un acuerdo con Salinas del Odiel por el cual esta empresa se compromete a adquirir la sociedad Electroquímica Onubense y sus unidades productivas, la fábrica con la que cuenta en Palos de la Frontera y la salina de Huelva.

Ercros anunció ayer mediante una nota de prensa el compromiso de la operación, sujeta al traspaso de las actividades de estas unidades a la citada sociedad y a la segregación de los terrenos sobre los que se ubican las plantas productivas del resto de la fábrica.

Sin embargo, no han trascendido más detalles del compromiso, cómo se materializará ni qué consecuencias tendrá para la instalación de producción de cloro-sosa. Ercros se limitó ayer a remitir toda la información que "podía" facilitar a la nota enviada a los medios de comunicación desde la sede de Barcelona. Los responsables de Salinas del Odiel tampoco aclararon las condiciones del acuerdo y posponen las declaraciones a los próximo días.

En cuanto a los representantes de los trabajadores, el presidente del comité de empresa, Natividad Gijón, tampoco ofreció ayer los pormenores del convenio ya que no tenía información de la compañía, con la que se reúne hoy. Entre otras cuestiones está el futuro de la plantilla, compuesta por 50 trabajadores, más unos 10 de Salinas del Odiel.

La fábrica de Palos de la Frontera de Ercros produce cloro y sosa cáustica y derivados como el hipoclorito sódico y el ácido clorhídrico, con aplicaciones en los sectores textil, alimentario, de los detergentes, agrícola y papelero.

Desde 1980 este centro productivo explota la salina de 1.200 hectáreas ubicada en las marismas de la margen derecha de la ría del Odiel. De ella se extrae sal común, una parte de la cual se usa como materia prima en la planta de electrólisis de la fábrica de Palos, mientras que el resto (una mayoría) se vende, siendo Salinas del Odiel "uno de los principales clientes".

Salinas del Odiel es una empresa andaluza creada en 2010, cuya actividad es el envasado de sal para alimentación y lavavajillas, siendo su principal cliente la cadena de supermercados Mercadona. Sus productos están certificados por las normas internacionales de seguridad alimentaria IFS (International Food Standars) y BRC (British Retail Consortium).

Según el acuerdo, Salinas del Odiel adquiere también toda la división básica de Ercros dedicada no solo a la fabricación de cloruro sódico (sal) sino también la línea de producción química.

A finales del pasado año se conoció la intención de Ercros de cerrar sus fábricas de cloro de Flix (Tarragona) y Palos de la Frontera ante la necesidad de adaptar su tecnología a las exigencias de la Unión Europea. La compañía utiliza para la fábrica de cloro electrolizadores de mercurio, un metal pesado contrario a las normativas medioambientales de la UE, que debe dejar de utilizarse a finales de 2017, lo que significa un coste que Ercros no está dispuesta a realizar.

Entonces, la empresa ya explicaba que estaba estudiando la viabilidad de afrontar el cambio de tecnología valorando el coste de la inversión requerida, determinantes para su competitividad a corto plazo.

El expediente de regulación de empleo (ERE) de la compañía en Palos, cuatro años atrás, ya contemplaba el cierre completo de la planta, pero finalmente la empresa buscó una alternativa para que continuara abierta.

La adquisición por parte de Salinas de Odiel de la fábrica de Palos plantea una serie de interrogantes sobre el futuro de ésta última teniendo en cuenta que la compradora solo se dedica en la actualidad a la producción de sal y no el resto de los productos químicos.

Salinas del Odiel se ha convertido en líder nacional enapenas cinco años y ha logrado una cuota de mercado de casi el 40%. Participada al 50% por las familias Gonzalo Ybarra y Hueso Contreras, nació en 2009 con un doble reto. En primer lugar, explotar de forma eficiente la salina de doce balsas que hay en este paraje natural, que ocupa más de 1.200 hectáreas de superficie y tiene una capacidad de producción de 160.000 toneladas cada campaña, cuya reolección es en septiembre.

Desde entonces, el grupo ha invertido más de 3,5 millones de euros en una innovadora planta de refinado, donde la sal supera distintos controles para eliminar impurezas, además de ser lavada, centrifugada y molida. Tras esto, la parte final del proceso está en su centro de envasado, del que cada día salen miles de paquetes.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios