Provincia

Un centenar de socios se amotinan en Agroalimentaria Virgen del Rocío

  • Tanto a agricultores como a olivareros se les adeudan dos campañas anteriores más la actual Buscan el cese del presidente

Los socios de la cooperativa Agroalimentaria Virgen del Rocío (productora del espumoso Raigal) volvieron a amotinarse ayer en las instalaciones que la entidad almonteña productora de Raigal posee en la avenida de los Cabezudos. Al igual que el pasado martes, los olivareros no recolectaron su producto como medida de presión para que "el actual presidente de la entidad, Antonio Márquez, y la secretaria, su mujer, María del Carmen Fernández, dimitan de sus cargos en la junta rectora de la entidad. Les acusan directamente de haber abocado la entidad "a la ruina" y acumular deudas que ascienden a más de tres millones de euros".

La plataforma de socios ha recopilado más de 110 firmas que registraron en la Sociedad Cooperativa Andaluza, un aval con el que forzar la convocatoria de una asamblea extraordinaria en la que se elija una nueva junta. Los socios pretenden que Márquez no se demore a la hora de atender la petición, aun cuando los estatutos le brindan la posibilidad de convocar el conclave en los tres meses posteriores a la petición de los socios.

Ninguno de los miembros de la plataforma de socios de la agroalimentaria conoce a ciencia cierta a cuánto asciende la deuda de global de la entidad, aunque se estima que entre obligaciones bancarias y Hacienda ésta podría superar los tres millones de euros. Más difícil aún es discernir la deuda contraída con los socios por la ya susodicha opacidad de las cuentas societarias. Nadie quiso ayer cuestionar la honradez del presidente, si bien los manifestantes se preguntaron una y otra vez las razones que "se esconden" para aferrarse al cargo, negarse a facilitar el balance de cuentas y su pertinaz oposición a desarrollar una auditoría de cuentas que ponga negro sobre blanco el estado financiero de la entidad y su futuro a corto y medio plazo. La última auditoría fue practicada hace diez años; desde entonces "todo es un secreto".

José Miguel Barrera, miembro de la gestora, precisó que ahora mismo es imposible dilucidar la cuantía que se les adeuda a cada uno de los socios, puesto que "nos están engañado y a cada agricultor se le han realizado pagos al libre albedrío". En concreto, Barrera insistió en que se "nos han practicado unas retenciones en concepto de IRPF de cantidades que no hemos cobrado, lo que nos está acarreando problemas con la administración de Hacienda".

Bajo este escenario otros socios como Antonio Rodríguez insisten que aún queda por liquidar la campaña de la uva de las campañas 2012/2013, 2013/2014 y 2014/2015 que, aunque aún no ha finalizado, toda la uva ya ha sido llevada a los lagares, por lo que los agricultores han cumplido sus compromisos. De esta forma, lo único que han cobrado son los anticipos que se les han entregado a cuenta del cierre de campaña. Los olivareros están en la misma situación: dos campañas de retraso más la actual. A ellos se les prometieron tres anticipos y sólo han cobrado el primero.

Ante esta tesitura los socios se han puesto en contacto con los clientes para conocer si los retrasos obedecen al hecho de que éstos no se encontrasen al corriente de pago, extremo negado por las empresas, por lo que todas las miradas se centran en el presidente, que desde que estalló el conflicto se ha negado a realizar declaraciones al Huelva Información.

Rodríguez explicó que en un gesto de responsabilidad los socios han decido no recolectar las aceitunas en vez de venderla a terceros. "No queremos perjudicar a la sociedad, que vive de nuestro producto," pero tampoco continuar con la sangría económica que les supone continuar endeudándose mientras asumen unos costes de recolección que posteriormente no tienen la certeza de cobrar.

Barrera insistió en que así es imposible trabajar. "Se nos habían comprometido un adelanto de 30 céntimos por kilo", a expensas de que al final de campaña se realicen las cuentas oportunas y se defina a cuanto asciende el beneficio por kilo. El problema es que "no estamos cobrando este dinero, mientras que ponemos nuestros vehículos, la gasolina y útiles de trabajo, amén de costear los gastos en mano de obra se mueve en una horquilla que oscila entre los 22, o los 25 céntimos por kilo. Aquí en Almonte utilizamos métodos de recolección manual" en pos de mantener el mejor estado sanitario del fruto.

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