Documentos para la historia | patrimonio documental en imágenes (parte I)

británicos en andalucía

Atendiendo a la función cultural inherente a las actividades de cualquier archivo, en cuanto a la difusión de los documentos como objeto del conocimiento para el público en general, así como instrumento didáctico del patrimonio, en este caso, del patrimonio minero, queremos comunicar la importante donación de "documentos especiales"1, relacionados con la presencia británica en Huelva al Archivo Histórico Minero gestionado por Fundación Río Tinto, que ha sido efectuada por los descendientes de la familia Carr. En concreto por Ann Luise Ashley Carr, Jane Bellamy Carr y Graham Carr, biznietos del que fuera el primer general manager de la Rio Tinto Company Limited (RTCL) en 1873, Mark William Carr, y nietos de Richard Eshott Carr, que fue vicecónsul británico en Córdoba, y también empleado de la RTCL y de otras compañías extranjeras que activaron la minería de las provincias de Córdoba y Huelva a finales del s. XIX.

La llegada a la minería onubense de capitales extranjeros se va a producir por dos motivos fundamentales, el primero, de carácter económico e industrial, por la progresiva utilización del cobre para la industria del sector eléctrico y de transportes; y sobre todo la utilización del azufre para la obtención del ácido sulfúrico, primordial en la industria química y de fertilizantes. Y en segundo lugar por que la legislación va a ser más liberal y por tanto más receptiva de capitales privados.

Los avances tecnológicos permitirán que las piritas sean aprovechadas integralmente, sobre todo a partir de 1833, cuando el francés Perret, demuestra que el azufre contenido en las piritas es aprovechable. Se avanza un poco más en 1839, cuando Thomas Farneer y Wick Low, utilizaron el azufre contenido en las piritas, como base para la obtención de ácido sulfúrico. Pero el paso definitivo para su rentabilización económica, se produjo en 1859, cuando el sueco Henderson, que incluso tuvo intereses mineros en la provincia de Huelva en la compañía The Tharsis Sulphur and Copper Company Limited, consigue extraer cobre de las piritas desulfuradas.

La culminación legislativa para la llegada de capitales extranjeros se va a producir con la promulgación de la ley de bases de 1868, ley muy favorable que otorgaba la concesión minera a perpetuidad, por lo que venía a ser como hacerlos propietarios del subsuelo.

Como consecuencia y agotadas las minas británicas de Cornwall y Devon, y el zolf italiano, de donde tradicionalmente se extraía el azufre, la RTCL, que fue conocida como la Gran Dama de las Piritas, puso sus ojos en las minas de Río Tinto, que tenía y tiene la mayor reserva del mundo de sulfuros masivos2.

La RTCL fue una sociedad de responsabilidad limitada, que se constituyó en Londres el 29 de marzo de 1873, con arreglo a la legislación británica, por un consorcio bancario, Deutsche National Bank, de Bremen, Alemania, Matheson & Co. de Londres; Clark & Punchard, constructores de ferrocarriles; Smith, Payne & Smith, de Londres; The Union Bank of Scotland; A Heywood Sons & Co, de Liverpool, Inglaterra; William Edward; Ernest H Taylor; y Heinrich Doetsch y Wilhelm Sundheim, dos empresarios alemanes residentes en Huelva, que adquirieron al Gobierno español las minas de Río Tinto en la provincia de Huelva. (foto nº 1).

Desde un primer momento tenía ya fijado sus tres grandes líneas de actuación, que eran la explotación a gran escala de los minerales de Río Tinto, para ello empleará el sistema de opencast (cortas a cielo abierto), en segundo lugar establecer un control del sistema económico y financiero y de los mercados internacionales del cobre y la pirita, para lo que crea una oficina central en Londres, y por último distribuir a gran escala el mineral extraído de las minas, construyendo un ferrocarril que uniría las minas de Río Tinto con un muelle embarcadero en el puerto de Huelva, construido en 1876.

En definitiva Río Tinto y el resto de las minas andaluzas, se verían envueltas en la primera fase de la industrialización europea contemporánea, conocido como ciclo paleo-técnico, caracterizado por un periodo de hegemonía de la industria británica y que paralelamente contribuía a la perpetuación del Imperio Británico, en el que las minas andaluzas prácticamente paradas hasta entonces, necesitaban y dependían del capital extranjero para su reactivación, todo ello como consecuencia de los modelos económicos impuestos por la Revolución Industrial. (foto nº 2).

Después de establecer este pequeño resumen del contexto histórico y antes de explicar en que consiste la donación que permitirá investigar nuevos apartados de la historiografía de Río Tinto, sobre todo la llegada de los administradores británicos en la primera época, quisiéramos expresar públicamente nuestro agradecimiento y admiración a la familia Carr por su actitud desinteresada compartiendo este patrimonio industrial minero tan específico, entendido como parte de una cultura heredada por todos que tiene que ser transmitida, no sólo a su entorno familiar, sino a todas las personas que pudieron ser partícipes, al fin y al cabo, de este patrimonio colectivo.

La donación consiste en 51 documentos gráficos, en concreto son copias fotográficas en formato digital, que en cuanto a su cronología van desde 1872 hasta 1892, que muestran los aspectos sociales y culturales de una sociedad victoriana que se asentó en Río Tinto y en otras muchas minas y pueblos de Huelva y Córdoba. En muchos casos revelan una información desconocida hasta el momento como la primera comunidad británica, el primer urbanismo, el inicio de la explotación (cortas, malacates, etc.), la construcción del ferrocarril, aspectos etnográficos, etc.

Conocemos algunos autores de estas fotografías, como Kennelly, quien es citado en el diario de Richard Eshott Carr, que después analizaremos, como autor de una instantánea de un grupo de 17 personas tomada el 25 de febrero de 1878, en el patio de su casa en Huelva. Todavía no se ha construido el Hotel Colón para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América, que después pasaría a ser las oficinas centrales de la Compañía y domicilio de parte del staff en Huelva. No sabemos nada del fotógrafo, ya que no parece entre los miembros del staff que tenemos registrados en el Archivo. En la fotografía aparecen M. W. Carr y su esposa Mary Raine, R. E. Carr, Polly Carr, Lizzie Carr, Fennesy, el Dr. Law, el Dr. Jesús Alonso, N. Kennedy, entre otros. (Foto nº 3)

Poco después el excelente fotógrafo onubense Baldomero Santamaría perpetua para nuestras retinas, el Hotel Colón con dos fotografías, el Muelle de la Compañía de Río Tinto, el Muelle de la Compañía de Tharsis y el pueblo de Riotinto, tomadas probablemente con motivo de las celebraciones del IV Centenario del Descubrimiento de América. (Foto nº 4 y 5) Una documentación en imagen que sin duda aportará nuevos interrogantes y aclaraciones en la historiográfica de la minería andaluza.

También, y no menos importante, depositaron una copia transcrita en inglés del diario de R. E. Carr de 207 páginas, compilado por su nieta Ann Luise Ashley Carr con la intención de perpetuar su historia. Sería conveniente, y trabajaremos para ello, conseguir una copia facsimilar del diario.

En este diario se puede dilucidar aspectos que traen de cabeza desde hace mucho tiempo a los investigadores deportivos, como establecer con exactitud el inicio de algunos deportes en Huelva. Por ejemplo tenemos información de la antigüedad de la implantación de la práctica deportiva del tenis en una carta transcrita a su padre de 12 de noviembre de 1879: "… In the meantime we have the house full of bachelors, Duff, Macq.,Buchnall, Perry, (when in Huelva) Johnstone & Hudson expected. We are getting up a Lawn Tennis Club for which Bucknall brought out things, & a Boating Club3.

Y un poco después, el 30 de noviembre del mismo año, podemos constatar la organización definitiva del Club de Tenis en Huelva. "…We have got our 'Huelva lawn tennis Club' in full swing with Mrs B4 as President, Bucknall, Secretary, & myself Treasurer 5.

Pero además de esta información anecdótica para algunos, el valor de la información que transmite el diario es multidisciplinar. Trascienden algunos aspectos diplomáticos entre países, relaciones institucionales y empresariales, financiación y creación de empresas, características del mercado de trabajo, datos de vida cotidiana de una comunidad foránea que se asentó en Andalucía para explotar minas, historias personales de vida, costumbres victorianas en el sur de Europa, visión de las costumbres autóctonas desde una sociedad muy diferente a la andaluza en aquellos momentos, etc.

En fin una serie de aspectos tan relevantes que pueden aportar un concepto global de la cultura minera que incluye y define el tipo de relaciones económicas, políticas, personales y espirituales de toda una sociedad de finales del siglo XIX.

Las fotografías ilustran fielmente el primer asentamiento de los británicos en las minas andaluzas, descrito también tanto en el diario de E. S. Carr donado, como en un informe existente en el Archivo que fue redactado por Alexander Hill (1875-1879), que llegó a Río Tinto en 1875 como asistente del jefe técnico y que casualmente se casó con una hija de M. W. Carr, Mary Margaret Raine Polly (1857-1935), a los que también podemos ponerles rostro en las fotografías donadas. Se da la circunstancia que los Hill estuvieron desde entonces unidos al destino de Río Tinto, con la presencia en las minas de tres generaciones de ingenieros hasta 1955 cuando las minas pasaron a manos de una compañía española (CEMRT). El último Hill, incluso nacido en Río Tinto, Laurence Alexander ya fallecido, también en su día depositó una excelente colección de fotos originales de Río Tinto que avala la generosidad de estos ciudadanos británicos y el concepto aludido anteriormente del patrimonio colectivo y compartido.

Por nuestra parte le hemos facilitado a la familia Carr, los expedientes laborales (Staff book) de su bisabuelo Mark William Carr (AFRT, Legajo 1613, Staff Book nº1 Pág. 33 ss.), y de su abuelo Richard Eshott Carr (AFRT, Staff Book nº 1 pág. 32). Ya que desde el AFRT venimos trabajando en la recuperación de las historias laborales y de vida de este staff extranjero que llegó a partir de 1873 para dirigir la explotación minera. Hasta ahora el total de expedientes recuperados y dispuestos a la investigación en un programa informático son de 1858 registros, de los cuales pasaron por Río Tinto 983 empleados y por Huelva lo hicieron 196 empleados.

Este patrimonio cultural donado forma parte de la propiedad simbólica o real de determinados grupos, que además permiten procesos de identidad individual y colectiva, y que contribuyen a la caracterización de un contexto.

Los documentos de archivos además de ser instrumentos para la investigación histórica y de su función como recurso para el desarrollo de proyectos con perspectivas didácticas, sirven para concienciar a la ciudadanía de sus valores como un patrimonio indispensable y esencial en los procesos identitarios, de forma que su conservación y difusión es una tarea de todos.

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