Andalucía

Sin trabas para embarcar

  • Una resolución judicial sólo inhabilita a Rafael Vázquez para "facultades de mando" por su tartamudez El joven tiene ahora vía libre para faenar.

Después de casi tres largos años, el joven de 36 años natural de El Rompido al que el Instituto Social de la Marina (ISM) declaró a principios de 2011 "no apto" para ser marinero por su tartamudez, tiene a tiro de piedra ver su sueño hecho realidad. Ya no hay trabas para embarcar, aunque sí para mandar. Rafael Vázquez tiene cita para someterse, por tercera vez, a las pruebas médicas necesarias para la obtención de la tarjeta de embarque necesaria para ejercer como marinero-pescador, a bordo de un barco.

Será en la sede del ISM de Isla Cristina el próximo jueves, 14 de noviembre, aunque esta vez, a diferencia de las dos ocasiones anteriores, acudirá con la tranquilidad que le dan las dos resoluciones que en su favor ha dictado el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número 1 de Huelva desde que decidiera emprender acciones legales contra el ISM.

La primera, la sentencia firme que tras el juicio celebrado en noviembre de 2012 le reconoció su capacidad para ejercer como marinero-pescador y le declaró "apto con restricciones para el embarque marítimo", y por tanto para poder faenar a bordo de un barco, a pesar de su tartamudez. Y la segunda, una resolución sobre la ejecución de dicha sentencia, del pasado 8 de octubre y a la que ha tenido acceso Huelva Información, en la que se determina, a raíz de un informe presentado por el capitán de la Marina Mercante, las restricciones a las que aludía la sentencia.

Restricciones que, según reza esta segunda resolución judicial, quedan circunscritas a determinadas "facultades de mando" que permite la Tarjeta Profesional de Marinero Pescador a bordo de un buque dedicado a la pesca, como "manejar con fines comerciales embarcaciones de menos de 10 metros de eslora, dedicadas a la pesca o auxiliar de acuicultura, que operen exclusivamente dentro de aguas interiores de puertos y tengan una potencia adecuada a la embarcación, y siempre que no transporten pasajeros". Y es que según prosigue esta segunda resolución judicial, las cualidades de Rafael Vázquez hacen que se le "restrinja esta capacidad de mando" debido a "la necesidad de que llegado el momento que pudiera provocarse una situación de peligro, tendría que comunicarse de forma rápida y clara con los distintos estamentos dedicados a las labores de salvamento por cualesquiera de los medios de radio transmisores que tuviere a bordo de la embarcación".

A pesar de todo ello, la sentencia no deja lugar a dudas y el Instituto Social de la Marina no tendrá más remedio que acatar la sentencia y declarar "apto" a Vázquez tras los resultados del reconocimiento que se le practicará el próximo día 14 de noviembre aunque, y por tanto otorgarle la Tarjeta Profesional de Marinero Pescador, eso sí, con la anterior capacidad de mando restringida debido a su disfemia.

A pesar de todo ello, el joven de El Rompido se muestra muy satisfecho, ya que "después de tres años de lucha y de espera que se me han hecho interminables, por fin se me ha hecho un sueño realidad después de que un médico me quitara la ilusión por dos veces decidiendo que no podía ser apto para trabajar en este oficio por ser tartamudo", al tiempo que incide en sentirse "muy orgulloso de ser como soy, porque sobre todo soy una persona que igual que el resto necesita trabajar para vivir". "Es por ello por lo que he luchado hasta el final para conseguirlo".

La resolución judicial también obliga al ISM a indemnizar al joven por entender que ha sufrido una "discriminación impropia" teniendo en cuenta sus facultades.

Rafael Vázquez, que padece una disfemia de nacimiento, superó todas las pruebas para obtener el carné de pescador, aunque no pudo pasar el reconocimiento médico en el ISM y fue declarado "no apto" por una "tartamudez intensa y comunicación verbal difícil".

No obstante, siempre ha defendido que nunca ha tenido problemas para trabajar en otras ocupaciones, por lo que recordó que durante más de doce años ejerció como albañil, forjador, empleado de gasolinera y ha trabajado en una lavandería industrial, además de colaborar como voluntario de Protección Civil.

Durante los aproximadamente dos años que transcurrieron hasta que conoció la sentencia firme que le dio la razón en marzo de este año, reconoce haberlo pasado "fatal". Tras conocer dicha sentencia manifestó que incluso "hubo meses en los que caí en una fuerte depresión por sentirme impotente y sin saber si iba a poder cumplir mi sueño de vivir de la pesca".

"Llegué a perder toda esperanza -prosigue- al igual que el resto de mi familia, y esto ha sido un auténtico calvario". Por todo ello también quiso agradecer los numerosos apoyos que ha recibido de todos sus vecinos de El Rompido, así como la ayuda del letrado Alejandro Chamorro, que le orientó y animó a interponer la denuncia contra el ISM, la labor de su abogada de oficio, y el apoyo de los medios de comunicación que como es el caso de este diario se han hecho eco de su situación en repetidas ocasiones.

No obstante, aseguró que siempre consideró que la denegación de la licencia fue una "injusticia" y una "discriminación en toda regla" como señaló su madre, Carmen Ross, quien afirma no tiene palabras para describir su "inmensa alegría" tras conocer el contenido de la sentencia.

Vázquez ha mantenido desde el principio, y así lo atestiguaron en la vista testifical celebrada en noviembre tanto psicólogos como pedagogos, e incluso el patrón que le ofreció trabajo en una embarcación de pesca, que reúne "todas las características necesarias para realizar las labores propias del trabajo en la mar".

Este caso fue adelantado por Huelva Información en julio de 2011 cuando, ante la oportunidad de trabajar como marinero pescador que le brindó al joven a principios de ese mismo año un armador de El Rompido, Rafael Vázquez Ross no dudó en matricularse en los distintos cursos destinados a conseguir el carné específico para esa labor, obteniendo favorablemente el Certificado de Formación Básica que otorga la Dirección General de la Marina Mercante del Ministerio de Fomento, así como superando con la calificación de suficiente el examen que le capacita para ser Marinero Pescador que otorga el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Consejería de Agricultura y Pesca, consiguiendo así el carné oficial.

Pese a todo ello, Rafael fue declarado finalmente "no apto" para embarcar tras someterse al reconocimiento médico necesario para obtener el Certificado Médico de Aptitud para Embarque Marítimo que expide el ISM.

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