El temporal de primeros de abril dejó un panorama desolador en las playas onubenses, sobre todo en la almonteña de Matalascañas y en las de Isla Cristina. Tras el temporal, la Dirección General de Costas hizo una valoración de los daños aunque recomendó no llevar a cabo una actuación inmediata para permitir la regeneración natural. Sin embargo la proximidad del verano puso en alerta a los ayuntamientos afectados por las consecuencias que se podía tener al sector del turismo, uno de los pilares económicos de la provincia, sobre todo, durante la temporada estival.

Ante esta situación el alcalde de Almonte, Francisco Bella, va a solicitar a la Dirección General de Costas "una actuación inmediata" que permita la regeneración de la arena de la playa de Matalascañas donde aparecieron grandes desniveles al quedarse sin arena. La concejala de Playas y Medio Ambiente de Almonte, Melanie Romero, explicó ayer que la marea ha devuelto parte de la arena que se llevó el temporal pero "es insuficiente porque este proceso es mucho más lento y debido a la gran cantidad de arena que ha desaparecido es difícil que vuelva a recuperar en breve su aspecto habitual". La concejala entiende que Matalascañas necesita "una actuación urgente" de la administración competente pues "en cuanto sube un poco la marea nos quedamos sin playa".

De lo que se encargó el Ayuntamiento de Almonte de forma inmediata fue de limpiar la playa y, tras hacer un balance de daños, va a reponer el mobiliario de playa que se perdió (duchas, pasarelas, torres de vigilancia...), sin embargo, de momento, tan sólo se han colocado pasarelas cortas para evitar que el mar vuelva a llevárselas ya que sin arena durante la marea alta la playa casi desaparece. Además se está a la espera de que Costas actúe, por eso durante el pasado puente y la romería se procedió a una instalación de mobiliario provisional.

Donde ya han comenzado los trabajos de regeneración de la playa ha sido en el término municipal de Isla Cristina. Las máquinas comenzaron a trabajar a pie de playa durante la marea baja el miércoles y seguirán durante lo que queda de semana. Los trabajos consisten, según fuentes municipales, en dragar la arena próxima a la orilla y su posterior distribución y relleno de la franja costera donde había desaparecido.

Las playas de Isla Cristina junto a las de Almonte fueron las más afectadas por los efectos del temporal que dejó prácticamente sin arena la línea de Costa. Sólo en Matalascañas desaparecieron 5 kilómetros de playa, además de arrastrar la mayor parte del mobiliario de playa que ya se encontraba instalado.

Los ayuntamientos de Almonte y Matalascañas valoraron los daños en unos 500.000 euros cada uno de ellos.

El resto de los municipios, aunque sufrieron algunos daños, fueron menores en comparación con los dos anteriores. En Punta Umbría, la concejala de Turismo, Antonia Hernández, explicó ayer que la peor parte se la llevó la zona de El Portil donde quedaron al descubierto las rocas.

Operarios municipales se encargaron de limpiar la playa y también rellenar los socavones que se abrieron en algunas bajadas con arena de la zona de la Canaleta. El resto de los daños corresponden a mobiliario para lo que el Ayuntamiento ha solicitado una ayuda. Aún así este municipio valoró las pérdidas en algo más de 200.000 euros. "La playa está ya en perfectas condiciones para ser utilizada aunque se seguirá reponiendo material", apuntó Hernández.

También la concejala de Turismo de Cartaya, María del Mar Burgos, confirmó ayer que las dos pasarelas que se perdieron con el temporal y que son las más utilizadas por los veraneantes están ya repuestas, después de que Costas reparara algunos daños en la playa. Aquí los destrozos más importantes se produjeron en Nuevo Portil.

Más leves fueron los efectos del temporal en la playa lepera de La Antilla donde, según fuentes municipales, tan sólo se ha tenido que reponer parte del mobiliario de playa que ya se encontraba instalado. Tampoco sufrió grandes daños la playa de Islantilla y, algo similar, ocurrió en la playa de Mazagón que comparten los término de Moguer y Palos de la Frontera.