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Los acusados de matar un lince afrontan una pena de hasta dos años de cárcel

  • Los dos cazadores de Aznalcázar podrían pagar una multa millonaria

Los dos cazadores de Aznalcázar imputados por la Guardia Civil por la muerte de un lince ibérico en esta localidad del Espacio Natural de Doñana afrontan una pena de hasta dos años de cárcel y una multa de entre 200.001 y 2.000.000 de euros, según documentación judicial a la que tuvo acceso Efe.

La Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, legislación básica del Estado, estipula como infracción muy grave "la destrucción, muerte, deterioro, recolección, comercio o intercambio, captura y oferta con fines de venta o intercambio o naturalización no autorizadas de especies de flora y fauna catalogadas en peligro de extinción, así como la de sus propágulos o restos".

El lince ibérico, considerado el felino en mayor peligro de extinción del planeta, está incluido en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas desde hace más de 20 años y se le considera una especie en peligro crítico de extinción, el mayor nivel de riesgo establecido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Otro artículo de esta ley estatal matiza que "en la imposición de las sanciones se deberá guardar la debida adecuación entre la gravedad del hecho constitutivo de la infracción y la sanción aplicada, considerándose especialmente su repercusión, su trascendencia por lo que respecta a la seguridad de las personas o bienes protegidos por esta Ley, las circunstancias del responsable, su grado de malicia, participación y beneficio obtenido, así como la irreversibilidad de los daños o deterioros producidos".

Esta ley estatal señala que la tipificación y cuantía de estas sanciones administrativas pueden ser agravadas por la legislación que aprueben las comunidades autónomas. Además, el Código Penal establece que los dos imputados por la muerte de este lince podrían ser condenados hasta con dos años de cárcel si se demuestra que esta muerte fue intencionada.

En este caso, la necropsia del lince, cuyo cadáver fue encontrado el 1 de agosto pasado, reveló que había recibido al menos 32 perdigonazos y que podría haber sido apaleado.

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