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La base se creó para dar servicio a la Agencia Espacial Norteamericana

  • Estados Unidos pidió en 1966 un centro para apoyar las misiones espaciales de la NASA

El INTA en El Arenosillo se erigió en 1966 como respuesta del Gobierno de España a los requerimientos de los Estados Unidos y más concretamente de la NASA a la hora de disponer de una base de operaciones desde la que contar con un campo de lanzamiento de cohetes meteorológicos con los que estudiar el comportamiento de la dinámica estratomesosférica. En síntesis y como explica el director de la ESAt, Benito de la Morena, el objetivo era medir "la variación del viento y la temperatura en los primeros 100 kilómetros de altura. Estos estudios habrían de servir para analizar la dinámica de vientos en el paralelo 38, lugar donde se ubica Cabo Cañaveral y Cabo Kennedy con motivo de los primeros lanzamientos de cohetes que realizaban los americanos. Estábamos en pleno inicio de la carrera espacial".

Sin embargo, El Arenosillo ofrecía un as debajo de la manga, como revela de la Morena: "Una excelente posición geográfica y los numerosos días de cielo despejado", factores que a la postre se revelaron fundamentales a la hora de que el Gobierno de España designase a la Comisión Nacional de Investigación del Espacio, la extinta CONIE, y al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, llevar a cabo esta responsabilidad que perduró hasta la década de los ochenta.

Durante este tiempo, la labor de los científicos del grupo meteorológico del CONIE se centraba en coordinar los lanzamientos de cohetes y analizar la evolución de los datos de viento y temperatura obtenidos en una labor coordinada por Juan María Cisneros.

El INTA también comenzó a diseñar sus propios cohetes y desde este campo se lanzaron diversos prototipos como los modelos INTA 100, 250 y el 300. Unas actividades que curtieron la formación de ingenieros que posteriormente han desempeñado parte de importantes proyectos satelitales y sumándose a la nómina de empresas asociadas a estas investigaciones en el ámbito nacional e internacional.

El trabajo bien hecho otorgó fama internacional al centro y fue el artífice de que numerosos organismos de investigación europea y americana desembarcaran allí para comprobar los avances e investigaciones desarrolladas en Mazagón. Durante los cerca de 25 años de vida del CONIE se lanzaron a la atmósfera 700 cohetes de diversos tipos, de los que 320 tuvieron como objetivo los estudios meteorológicos.

Sin embargo, el director del ESAt recuerda que "en la década de los ochenta la tecnología del satélite fue cercenando la necesidad del uso del cohete y la llama se fue apagando poco a poco, algo lógico en todo campo de la ciencia y tecnología. Es el precio del progreso: la innovación continuada".

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