Tras más de 42 años desde la creación del Parque Nacional de Doñana, la Junta de Andalucía contará por primera vez con un Plan de Emergencias de Autoprotección ante posibles contingencias por vertidos de hidrocarburos que pudieran afectar a la costa de la Reserva de la Biosfera.

El Consejo de Participación de Doñana respaldó ayer este trabajo que, según el Consejero de Medio Ambiente, Juan José Díaz Trillo, realiza una profunda radiografía de las zonas más vulnerables y sensibles que habría que blindar en el hipotético caso de que un infortunio en el Puerto de Huelva o alta mar provocase un vertido que pudiera poner en jaque la costa oriental de la provincia. En base a estos riesgos, el Plan establece y define de forma pormenorizada un protocolo de actuación tanto de índole técnico como de protección en pos de acotar los efectos contaminantes del crudo y su llegada a estas áreas por el efecto de las mareas. En paralelo, el documento concreta las directrices de trabajo y coordinación para una hipotética descontaminación de la zona en pos de preservar la fauna y flora. Trillo sostuvo que su departamento trabaja en esos momentos en la elaboración de un catálogo de medios y recursos asignados a estas contingencias, amén del desarrollo de programas de formación continua que se destinarán a los integrantes de los grupos de intervención.

Los ecologistas aplauden la idea, si bien no ven coherente que, en paralelo a esta voluntad de amortiguar cualquier peligro de vertidos, no se cercene de una vez por todas el oleoducto que proyecta la Refinería Balboa en Extremadura y que travesará la provincia a lo largo de los 200 kilómetros de doble tubería que vendrá a unir los Santos de Maimona con el Puerto de Huelva. Su puesta en marcha implicará multiplicar el número de petroleros que navegaran por aguas del litoral almonteño y atracan en la provincia. Precisamente WWF/Adena llevó una moción para debatir tales cuestiones poniendo sobre la mesa los informes de la UNESCO en los que se "alerta del peligro del oleoducto", mientras que Ecologistas en Acción abogó por apostar por las renovables. El propio ex presidente del Consejo de Participación, el biólogo y Premio Príncipe de Asturias, Ginés Morata, le costó el puesto el posicionarse en contra de esta infraestructura que ahora respalda el ex presidente del Gobierno Español Felipe González, muy vinculado a temas energéticos.

El otro gran punto del día fue el respaldo al Plan Sectorial de Uso Público del Espacio Natural de Doñana, un documento que retrata y enumera las potencialidades turísticas de la zona, ofreciendo una brújula para promover empresas que exploten el privilegiado entorno natural, siempre y cuando preserven su conservación y escrupuloso respecto al entorno. Trillo subrayó que "se trata de un instrumento de desarrollo de los Planes Rectores de Uso y Gestión de los Parques Nacional y Natural, así como del decreto 97/2005". Entre sus aspectos más destacados relató "la capacidad de acogida del medio natural y de las instalaciones, los aspectos socioeconómicos, el grado de desarrollo de la oferta turística complementaria, la demanda de visitantes, así como la participación de la población local y su implicación con el desarrollo sostenible de la Comarca de Doñana". El documento es fruto de la aportación de 267 agentes sociales proveniente de 34 entidades, entre las que se haya Ayuntamientos, empresas de turismo, asociaciones agrarias, SEO/Brid Life y particulares.

El sanedrín también dio respaldo al tercer plan de la mañana. En este caso correspondiente al Aprovechamiento de la Piña. Al calor de la crisis económica el sector ha comenzado a ser un sector económico emergente que, según las cifras oficiales, sólo en el mes de diciembre generó más de 2.000 jornales; dando trabajo directo a 200 personas en una campaña, la 2010-2011, que se ha cerrado con una producción cercana a los 500.000 kilos.

Por último el Consejo dio sus bendiciones a la ampliación de la Reserva de la Biosfera de Doñana, que se extenderá en su tramo terrestre hasta los montes públicos de la Consejería de Medio Ambiente en la cabecera de la Rocina. En cifras ello implica un incremento de la superficie protegida cercana a las 14.000 hectáreas, mientras que en lo que respecta a la zona marina será una comisión de trabajo quien defina las nuevas 'fronteras.