La Confederación Española de Policía (CEP) denunció ayer que en tan sólo diez días se han registrado cuatro casos de sobredosis de internos que cumplen condena en la penitenciaría de Huelva, por lo que cuestionó la consideración del penal "como de máxima seguridad, donde no debiera entrar ni un gramo de droga".

El sindicato policial concretó que en poco más de una semana, cuatro reclusos han ingresado de urgencia en el Hospital Infanta Elena por consumo abusivo de estupefacientes -uno de estos presos continúa en el centro hospitalario- y atribuyó esta situación al hecho de que "apenas hay control" para detectar la entrada de drogas. "Existe dejadez en los cacheos por parte de los funcionarios cuando algunos internos salen del centro" con motivo de alguna vista, como al médico, afirmó el sindicato, que avanzó que solicitará a la Subdelegación del Gobierno el cese inmediato del director de la prisión de Huelva, Francisco Sanz.

"No es extraño que muchos presos cuando van a los hospitales lleven en el interior de su cuerpo alguna cuchilla u objeto cortante, con el riesgo que esto conlleva tanto para los policías encargados de su custodia como para los profesionales médicos", revela el sindicato, que indicó que el propio secretario provincial de la CEP, Juan Carlos Contreras, fue testigo de cómo los profesionales sanitarios salvaron la vida a uno de estos internos, al que tuvieron que atender hasta siete facultativos para reanimarlo de dos paradas cardiorrespiratorias, en un día -aclaró- "en que apenas había camas libres en el área de urgencias del hospital.

Según los últimos datos publicados, la macropenitenciaría onubense asistió en 2010 por segundo año consecutivo a una reducción en el número de internos, acercándose a cifras similares a las que el centro registraba hace diez años. Pendientes de las estadísticas correspondientes al último trimestre del pasado año, la población carcelaria se situaba en 1.511 reclusos, próxima a la que contabilizó la prisión a finales de 2000 (aquel año se cerró con unos 1. 500 internos).

A la espera de cerrar el dato anual, con las entradas que se manejaban hasta el tercer trimestre, se puede hablar de una reducción del número de internos del 6% entre 2009 (1.615 internos) y 2010, casi la mitad de la caída que se produjo el pasado año, cuando se registró un descenso de la población reclusa del 11%. La puesta en marcha del Centro de Inserción Social (CIS) en 2008 y la apertura ese mismo año de la prisión de Morón (Sevilla) contribuyeron a descargar el penal onubense.