Tradiciones populares La paella campestre de la Hermandad de Huelva congregó a cerca de una veintena de reuniones

Huelva llena de Rocío La Matilla

  • La Hermandad inaugura un monolito conmemorativo en el que será su lugar de pernocta en el camino hacia la aldea durante los próximos años · Los rocieros celebran su primera convivencia en este paraje

Todo lo que tiene que ver con el Rocío se traduce en reunión de hermandad o convivencia entre los hermanos rocieros en torno a suculentas viandas que saben así, precisamente, por estar compartidas. Este fue el ambiente que se creó ayer en el paraje natural de La Matilla con la 29 paellada, una convocatoria ya tradicional de la Hermandad de Huelva y que ayer se organizó, por primera vez, en este lugar de pernocta que marca la parada nocturna de la familia rociera de la capital cuando va camino de la romería. El ambiente se fue preparando desde primeras horas de la mañana, pues desde bien temprano el grupo de apoyo del hermano mayor, Francisco Zambrano, empezó a trabajar en el terreno para tenerlo todo preparado. Hacia el medio día empezaron los actos.

Primero, se descubrió el monolito conmemorativo del lugar donde se situó la carreta del Simpecado de la Hermandad de Huelva camino de El Rocío el pasado mes de mayo, por primera vez, y donde volverá a hacerlo durante los próximo años, "que serán muchos porque parece que éste puede ser el lugar definitivo", comenta el hermano mayor. El monolito ha sido donado por dos hermanos.

Siguió la misa, oficiada por el director espiritual José A. Sosa Sosa que dedicó palabras amables, casi poéticas a los asistentes, de sus relaciones humanas y también con la naturaleza, donde el rociero pasa algunos de sus mejores momentos.

Pero la paella fue ayer la excusa para que los rocieros acudieran en masa a La Matilla, paella rociera que se degustó a medio día pero que se prolongó hasta bien entrada la tarde y, en algunos casos, la noche. "Nosotros estamos muy acostumbrados a estar en el campo, si hace frío te echas algo por encima, mientras no llueva...". Esta es la filosofía que se establece en las reuniones que se dispersaron por la pradera bajo las débiles sombras de los pinos jóvenes que repueblan la zona de acampada. Es inevitable hacer comparaciones porque fueron muchos años los que los rocieros de Huelva pasaron en Gato y todavía recuerdan las gratas y amplias sombras de pinos viejos y acogedores del entorno de Doñana. "Es cuestión de esperar unos años para que estos empiecen a dar la misma sombra". Las de Gato se echarán de menos al principio pues el cambio compensa por la amplitud de espacio que han ganado en este nuevo lugar de pernocta.

La paella campestre fue también el primer acto de convivencia que el hermano mayor organiza para su Hermandad, por eso es costumbre que obsequie a los participantes con un recuerdo. Así que, en medio de los platos de paella, fue a visitar a todas y a cada una de las reuniones, cerca de una veintena, que tienen mesas bien repletas y no sólo de paella.

El presidente de la Hermandad, Juan Ferrer, acompaña al hermano mayor en este recorrido cortés. Abrazos y guiños cómplices preceden la apertura de la pequeña caja de cartón que guarda una aceitera de cerámica, coqueta y sencilla, que recordará a Francisco Zambrano como hermano mayor de la Hermandad de Huelva. Este espera con paciencia la primavera del 2011 cuando la mayor hermandad de la provincia se ponga en marcha camino de la romería almoneña. Va bien acompañado con un grupo de apoyo que ya lleva muchos caminos y varios años de experiencia en organizar a la Hermandad para pasar un buen Rocío.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios