El número total de personas que están incluidas en los grupos de riesgo y que se ha vacunado es de 13.570, lo que supone el 5,4% de este segmento de población. Este dato es de la Delegación Provincial de Salud y hace el recuento hasta fecha del 15 de diciembre; es decir, un mes después de que comenzara la campaña.

Las cifras no difieren mucho si contemplamos el comportamiento de los trabajadores de la Sanidad. También siguiendo datos de la Delegación, se estima que la tasa de vacunación se sitúa entre el 6% y el 7%. Los profesionales que se han mostrado más proclives a recibir esta prevención contra el virus H1N1 son los que trabajan en medicina de familia, medicina interna, pediatría, urgencias o UCI. Salud añade que "desde los hospitales y distritos se están haciendo actuaciones para fomentar la vacunación entre sus plantillas".

La campaña de vacunación aún no ha concluido por lo que sigue abierta la posibilidad de recibir la dosis tanto para las personas incluidas en los grupos de riesgo como aquellas que pertenecen a los colectivos que fueron designados como preferentes aunque siempre con carácter voluntario.

Diferentes médicos de la atención primaria onubense consultados por este periódico coincidieron en dos principios: la falta de fiabilidad en la vacuna y la escasa incidencia que el virus H1N1 ha tenido en comparación con la expectativas que se barajaron.

Un facultativo de Lepe señaló que "hay gente que no ha creído oportuno vacunarse porque el desarrollo de la patología no ha sido alarmante".

Desde el centro de salud de La Orden, otro médico de familia explicó que "la mayor parte de los profesionales de la medicina no estaban convencidos con la vacuna, ya que piensan que la investigación para elaborar una vacuna es cosa que requiere varios años y ésta se ha hecho en dos días, con pocos ensayos clínicos y sin ver si habría efectos secundarios". "Creo -añadió este médico- que esa poca fe en la vacuna contra la gripe A se ha transmitido de alguna u otra manera, a los pacientes". Los facultativos opinan que el enorme excedente que va a quedar de estos compuestos provocará que a partir de enero pueda vacunarse toda aquella persona que así lo quiera, aunque no esté incluida en ningún grupo de riesgo.