Foret ha encontrado la fórmula para evitar un cierre de la factoría cuando, en un plazo de tres o cuatro años, se produzca el cese de los vertidos de fosfoyeso a la marisma. La factoría vecina de Fertiberia, también productora de ácido fosfórico y por tanto de fosfoyeso, ya está vendiendo gran parte del que genera en su proceso de producción para su uso agrícola. Una fórmula que ya ha sido empleada anteriormente para la reutilización de una pequeña parte de los casi tres millones de toneladas anuales que Fertiberia y Foret producen al año y que se han venido vertiendo a las marismas del Tinto, pero que ahora se extiende y se convierte en una opción de futuro para la fábrica de la avenida Francisco Montenegro.

La empresa está vendiendo casi toda su producción actual de fosfoyeso, que sale en camiones de la factoría, para su utilización como abono y corrector de suelos (sirve para quitar la salinidad del agua) en cultivos de las marismas del Guadalquivir, Granada, Murcia y Portugal. En la actualidad Foret está generando una cantidad de fosfoyeso menor a las alrededor de 400.000 toneladas anuales que producía de media, ya que la disminución de la demanda ha hecho mella en la fábrica (como en las del resto del Polo Químico) y ha mermado su producción, obligando además a dejar gran parte del producto en stock en fábrica.

FMC-Foret se está preparando para comercializar una cantidad mayor de producto, realizando pruebas para mejorarlo y, según fuentes sindicales, la compañía tiene previsto adquirir una serie de equipos para ello y una cartera de clientes prevista. El fosfoyeso es un subproducto del proceso de fabricación de ácido fosfórico, por lo que la producción de ácido se realizará conforme a la cantidad de fosfoyeso que es posible comercializar y el resto de ácido que sea necesario será adquirido en el mercado. Foret ha venido produciendo el ácido fosfórico hasta ahora especialmente como base para la fabricación de otros productos, como polifosfatos y fosfatos y, al igual que sus vecinas Fertiberia y Nilefos, la adquisición de ácido fosfórico en el mercado era considerada inviable económicamente al elevar demasiado el coste del producto final.

No obstante, la planificación a seguir para la reconversión del fosfoyeso, hasta ahora inutilizado en la marisma, en un elemento rentable todavía tiene que ser presentada por la empresa a sus 186 trabajadores directos, a los que se suman otro centenar de personas que trabajan en la fábrica onubense a través de contratas. Este diario intentó ayer contactar con la empresa sin éxito.