A sus 60 años mantiene una forma física envidiable. Y es que la relación de Ricardo Villegas con el deporte viene de lejos. Actualmente regenta el Gimnasio Fitness Arena, propiedad de su amigo Antonio Conde, ubicado en la céntrica calle Ruy Vélez, que sin duda es uno de los más animados y mejor equipados de la capital onubense.

Casado y con tres hijos, se dedica profesionalmente al culturismo en Huelva desde 1983, pero anteriormente lo había practicado con Juan Hierro, con el que también hacía halterofilia.

Estudió bachillerato en el instituto Santa María de la Rábida. Ingresó en Magisterio, pero por circunstancias de la vida empezó a trabajar muy joven. Durante 17 años lo hizo en Francisco Ortiz SA. En 1980 se marchó a Canarias con una empresa del armador Amador Suárez. Vivió en las Islas Afortunadas durante cuatro años, empleado en labores relacionadas con la pesca. Allí se entrenaba en el gimnasio Darío, donde compitió por primera vez en power lifting y culturismo. Y no lo hacía nada mal. De hecho logró el título de campeón en peso medio. Al regresar a Huelva montó su propio gimnasio en la calle Plácido Bañuelos, donde empezó a poner en forma a los onubenses. Al cabo del tiempo se trasladó a la calle San Andrés y desde hace poco más de 12 meses es el director del Fitness Arena.

Posee amplios conocimientos en materia deportiva: es juez nacional de culturismo, entrenador nacional de esta disciplina y de halterofilia. Ha hecho cursos de alta especialización de competición y otros de medicina deportiva aplicada. Además es especialista en nutrición y quiromasajista. También practicó diversas artes marciales -es cinturón negro de judo-.

Entre sus alumnos hay varios campeones de Huelva, de Andalucía, de España e incluso un subcampeón de Europa máster.

Ricardo es una persona tranquila, trabajadora, metódica y perseverante. Buen amigo de sus amigos, posee mucha paciencia y sentido del humor, algo muy valorado por las personas que acuden a su gimnasio.

Entre sus aficiones se encuentran la lectura (principalmente la novela histórica), la música (especialmente la zarzuela y el fandango) y viajar. "Me encantaría cantar bien", afirma. Hace sus pinitos con la guitarra; también se defiende con el órgano electrónico y sabe tocar la armónica y la flauta.

Además del deporte otra de sus grandes pasiones es la fotografía. "Le dedico todo el tiempo que puedo", asegura. De hecho planea preparar unas exposiciones.

"Mi principal afición es mi trabajo, seguiré entrenando siempre. Tengo la gran fortuna de tener un trabajo que me agrada y una familia que me apoya, aunque la verdad es que me gustaría pasar más tiempo con mis hijos", concluye.