Huelva

Los burros, amarrados al pasado

  • Bonares ha organizado una exposición sobre estos animales para conmemorar el trienio del Nobell colaboración La muestra es una realidad gracias a las fotografías que han donado los niños del colegio Lora Tamayo de Bonares.

La mezquindad de las personas ha permitido que la palabra burro se perpetúe como un apelativo para denostar la inteligencia de un personaje. Un insulto que han hecho correr la inopia y aquellos que jamás se han adentrado en la lectura de obras tan famosas como 'Platero y yo', del Nobel Juan Ramón Jiménez o 'El Quijote', de Miguel Cervantes, una práctica que les serviría para salir de su ostracismo y entender que los adjetivos que mejor definen a este insigne animal son: fidelidad, ternura y lealtad.

Para sustentar estas afirmaciones el Teatro Cine Colón de Bonares, gracias a las aportaciones de las fotografías y dibujos de los niños del Colegio 'Lora Tamayo', han organizado una exposición monotemática de estos insignes animales con los que conmemorar el trienio del nobel de literatura y servir de homenaje a estos equinos que, por extraño que parezca, se encuentran en peligro de extinción. Una amenaza que se cierne sobre una especie que hasta hace tan sólo una década configuraba el paisaje urbano de los pueblos agrícolas.

La muestra bonariega pretende mostrar la contribución del burro al desarrollo rural y la empatía que mantenían con sus propietarios y con los miembros de su familia. Para ello más de un centenar de instantáneas y dibujos inmortaliza su papel dentro de esta sociedad rural, en la que cumplía su rol de carga o tracción. Sin embargo, la entrada de la mecánica en las labores agrícolas los condenó a la jubilación, lo que ha derivado en que en los últimos 40 años de su especie hayan desaparecido hasta un millón.

Actualmente en España se calculan que existen 75.000 ejemplares, lo que ha llevado a algunas ONGS ha emprender campañas para tratar de perpetuar la especie y mostrar las 'prestaciones' que aun en nuestros días atesora este animal. Gracias a ellos estos equinos han abandonado el 'maltrato' que sufrían sus antepasados, la mayor parte de ellos utilizados para las tareas agrícolas más inhóspitas, en favor de nuevas actividades alternativas para el ocio.

A pesar de todo, el burro sigue cargando con ciertos perjuicios y en lugares como romerías y fiestas que se celebran en la provincia aun son vistos como el patio feo del caballo.

Aun así, en los últimos tiempos son muchos los que los han adoptados como mascotas e incluso con ellos se han iniciado programas pioneros en los que los burros son utilizados para mejorar la autoestima de personas con deficiencias físicas o mentales y cuyos resultados dicen ser sorprendentes. Lo cierto es que con datos como estos sólo cabe reclamar del ciudadano que comience a ser un poco más 'burro' para que la obra "Platero y yo" no sea el único reducto que encuentren las nuevas generaciones para conocer el verdadero significado de esta palabra.

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