La aldea zalameña de El Buitrón celebra la Fiesta de la Santa Cruz, unos festejos que hunde sus raíces en la segunda mitad del siglo XVI, considerándose una de las más antiguas celebraciones de la provincia. De sus singularidades destaca la presencia de los mayordomos del romero o de la bandera, solteros, aunque no necesariamente pareja y los mayordomos de la cruz, que deben de ser casados, sin ser necesario que formen matrimonio.

Hoy los mayordomos del romero se desplazan a los alrededores de la aldea a cortar romero, depositándolo en un terreno cercano a la población. Al caer la tarde, ambas parejas de mayordomos salen desde la iglesia hasta la capilla de la cruz, cada uno con sus insignias, colocando la cruz en el altar, decorado con cortinas y colchas a las que se les ha dado forma de panal de abejas, adornadas con motivos florales.

A continuación, los mayordomos se dirigen al lugar donde se depositó el romero, acompañados por caballistas, el grupo va entonando las canciones típicas de la festividad, con ritmos y letras muy originales. El resto de vecinos espera la llegada del romero en la Cruz del Calvario, situada a la entrada de la aldea, cuando llega la comitiva con el romero, es obligada tradición, dar tres vueltas a la cruz, para desplazarse luego a la capilla de la cruz y esparcir en romero por toda la estancia.

Mañana, a primera hora, la diana recorre las calles de El Buitrón, siendo tradición que los mayordomos del romero inviten a café a los asistentes, acompañado del dulce típico, la rosa enmelá

Tras la misa de mediodía, se realiza una procesión. Una vez finaliza, son trasladadas las insignias a la capilla. Por la tarde, una nueva procesión con la cruz, cuando el paso llega a la puerta de la iglesia, comienza la puja.