Los cines de Aqualon se salvan finalmente de la clausura gracias al acuerdo alcanzado entre el grupo Ibemetex, propietario del centro comercial del mismo nombre, Ábacocine y Cines Aqualon, que asegura la continuidad de la explotación de estas salas de exhibición de la capital onubense.

Según indicó Ibetemex en un comunicado de prensa, el acuerdo suscrito ayer se materializará hoy mismo, momento en el que se producirá el traspaso del personal, dando comienzo esta nueva etapa en la gestión de este complejo, tal y como ya había adelantado Huelva Información.

Cines Aqualon es una compañía inversora, asesorada por especialistas del sector de la exhibición cinematográfica, con una experiencia de más de 20 años en España. Su objetivo, haciendo frente a la importante inversión que ha supuesto el actual acuerdo, es "posicionar los cines de Aqualon en el primer nivel de calidad y consolidar esta posición en el largo plazo".

Con el acuerdo alcanzado, el grupo Ibetemex aseguró que, dentro de su estrategia para convertir Aqualon en un centro de ocio de referencia, ha conseguido poner en sintonía los intereses de Ábacocine (compañía actualmente en proceso de liquidación concursal) con los del nuevo operador, Cines Aqualon.

Con esta operación, el grupo Ibetemex cumple "uno de los hitos estratégicos" para el desarrollo del futuro Aqualon. El centro comercial se encuentra actualmente inmerso en un profundo proceso de transformación que "va a adaptar la oferta comercial y de ocio a la nueva realidad de la ciudad de Huelva". Según indicó el grupo, en los próximos meses se materializarán "otros nuevos hitos" necesarios para materializar la mencionada transformación.

El grupo Ábaco CineBox se creó en 2006 tras adquirir los cines Ábaco a su competidora CineBox (propiedad de la promotora de centros comerciales y de ocio GRM), por los que pagó 60 millones. Tras la fusión, Ábaco CineBox se convirtió en el tercer grupo del sector de la exhibición de cine, con 44 complejos multisala (450 pantallas repartidas por todo el país) y con una plantilla de 1.200 trabajadores. En 2007, sin embargo, entró en concurso de acreedores y, tras no poder cumplir el convenio aprobado en 2011, hubo de recurrir a su liquidación, momento a partir del cual comenzó a desprenderse de todos sus activos. A finales de agosto, sólo conservaba las salas de Huelva e Irún.