Fue después de jubilarse cuando se dedicó por completo a la pintura, una de sus asignaturas pendientes. El extremeño Rafael Arias siempre tuvo un espíritu creativo. Una vez finalizada su trayectoria profesional como aparejador, pensó que era el momento de darle rienda suelta a su creatividad, y la mejor manera de hacerlo era a través de un lienzo y un pincel.

Se jubiló a los sesenta y siete años y a los sesenta y cinco empezó a pintar. En la década de los sesenta realizó un curso de Análisis de Formas en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, y esto, unido a su conocimiento del dibujo técnico y geométrico, vinculado a su profesión, le sirvieron de base para esta nueva faceta pictórica.

Comenzó con acrílico y posteriormente se decidió por el óleo: "Es más maleable, el propio cuadro te sirve de paleta y puedes mezclar los colores", apunta. Arias no tiene preferencia temática, pinta todo aquello que le inspira: lo mismo paisajes y marinas, interiores e exteriores, que retratos. Su obsesión es la luz; busca constantemente "lo luminoso, que haya un punto de luz".

La casi totalidad de los cuadros realizados a lo largo de los últimos siete años, desde 2008 a 2015, forman parte de una exposición que se puede ver hasta el 29 de mayo en la sala del Centro Cultural de la Fundación Caja Rural del Sur, en Huelva. Es la primera vez que expone sus obras al público. Arias se ha trasladado de Cádiz, donde reside desde 1998, hasta Huelva para enseñar sus pinturas.

Se trata de una colección de veinticuatro obras, todas originales -salvo una reproducción de La joven de la perla, de Johannes Vermeer-, en las que el artista pinta distintos lugares de Cádiz, como el Centro Cultural Reina Sofía, la playa de Conil, las casas encaladas de Arcos de la Frontera y Vejer y un paisaje de Chiclana. También incluye retratos de su mujer y de sus hijos, así como el campo de su tierra, y una original estampa rural de Segovia.

"Es una pintura figurativa con imaginación", destacó Alfonso Aramburu, asesor en el ciclo dedicado a las artes plásticas de la Fundación Caja Rural del Sur, que apuntó que las luces de los paisajes gaditanos son muy parecidas a las de Huelva. Aramburu animó a Arias a que siga exponiendo: "Descubrirás una nueva vía y horizonte".

El artista extremeño explicó que su vocación "ha sido la arquitectura", ya que "me gustaba crear belleza y la arquitectura podía comprenderlo todo", pero al final se hizo aparejador y dos años antes de jubilarse empezó a pintar: "La pintura es una forma de expresión". Indicó que "he pintado en cada momento lo que me salía de dentro" y el resultado es esta exposición, que se puede ver de lunes a viernes, de 19:00 a 21:00.