La ceniza de pirita vendida por el Consistorio tharsileño no es más que el desecho del mineral que durante la actividad minera era transportado en ferrocarril hasta Huelva, vía Corrales, cuyos restos, una vez tratados, eran devueltos de nuevo a Tharsis, donde era finalmente depositados en dos grandes vacies.

Dicha ceniza no tenía entonces valor comercial alguno, bien por no existir entonces medios para terminar de extraer de la misma todos sus elementos metálicos, bien por la escasa rentabilidad que ello reportaba. La Compañía Española de Minas de Tharsis, que explotaba entonces las minas en la localidad, acordó, por tanto , devolver dicho material de desecho a su lugar de origen, "dejando con ello aquí una situación que siempre ha generado mucha controversia porque medioambientalmente ha acarreado muchos problemas por su carácter tóxico", aseguró el alcalde de a entidad local autónoma de Tharsis, Lorenzo Gómez.

Dicho material es resultante de más de dos décadas de actividad, sobre todo los años anteriores al cierre definitivo de la mina con la finalización de la actividad extractiva en Filón Sur (2001).

Es importante subrayar, y así lo indica el alcalde, que la venta de esta ceniza ha sido posible gracias a la cesión que para su explotación y a favor del Ayuntamiento realizó el 25 de mayo de 2006 (y ratificó su consejo de administración en marzo de 2012), la dirección de la empresa que ostenta en la actualidad los derechos mineros de la Mina de Tharsis: Nueva Tharsis SAL, integrada por sus propios ex trabajadores.

Un gesto que el propio primer edil quiere "agradecer enormemente y en nombre de todo el pueblo de Tharsis" a sus responsables.