Con suma "prudencia" y "discreción" valoraron ayer tanto patronal como sindicatos la reunión maratoniana que mantuvieron durante toda la tarde con el fin de acercar posturas para alcanzar un acuerdo que posibilite dotar al sector de la hostelería de Huelva de un convenio que satisfaga mínimamente a todos.

Alrededor de 12.000 trabajadores y más de 4.000 empresas dependen del éxito o el fracaso de las negociaciones que se intensificaron notablemente en el día de ayer y, aunque tras horas de tira y afloja no se alcanzó ninguna solución que permita desconvocar las dos próximas jornadas de huelga previstas para el 18 y 19 de julio, viernes y sábado respectivamente, tanto la patronal como los sindicatos se muestran tímidamente satisfechos por el hecho de que, al menos, no se haya producido una nueva ruptura.

En el encuentro de ayer los representantes de los empresarios acercaron a los sindicatos los matices que aquellos han planteado sobre la propuesta efectuada por las centrales el pasado día 2 de julio, un documento que evitó que tuvieran lugar las dos primeras jornadas de huelga que estaban convocadas para los días 4 y 5 de julio.

En dicha propuesta los sindicatos ofrecían, entre otros puntos, la eliminación del llamado troncos de servicios, un artículo obsoleto que contenía el anterior acuerdo laboral en virtud del cual las empresas, fundamentalmente las hoteleras, debían abonar entre el 15 y el 25% de la facturación (no de los beneficios). El artículo, que nunca se ha aplicado, provocó fricciones desde un principio de las negociaciones, en octubre de 2012, y derivó incluso en la ruptura de las mismas y en la extinción del convenio anterior una vez expirado el plazo de un año de ultractividad que marca la normativa actual tras la reforma laboral.

Además, los sindicatos sugieren, al margen de la modulación de complementos como el desplazamiento o el análisis de cuestiones relativas a la incapacidad y las bajas médicas, una serie de subidas salariales, desde la recuperación del 0,35% aplicable sobre las tablas del 2012, la congelación de los salarios para el año 2013 y, a partir del 1 de julio de 2014, en el caso de que fructifiquen las negociaciones, una subida del 0,5%, del 1% para 2015 y del 2% para 2016.

Tras esa proposición, los empresarios han contado con un periodo de tiempo en el que han debatido qué puntos necesitan, a su juicio, ser variados con respecto a la oferta de los sindicatos, cuáles se quedan y cuáles deben desaparecer para ambas partes acepten y se firme un nuevo convenio.

"Matices" o "flecos" que constituyeron el grueso del debate de ayer, una reunión tras la que Rafael Barba, responsable de Turismo de la FOE, y Francisco Gutiérrez, secretario general de Servicios y para la Calidad y el Comercio de UGT, coincidieron en el hecho de que, a pesar del momento delicado y determinante en el que se encuentran las partes, al menos "hay contacto y hay diálogo", subrayó Gutiérrez.

"No hay nada definitivo, estamos trabajando con mucho esfuerzo y hay que ser prudentes a la hora de hacer valoraciones, pero la buena noticia es que seguimos hablando", admitió Rafael Barba, al tiempo que reconocía que "todavía hay diferencias que nos separan" e insistió en que "aún queda trabajo por hacer para encontrar un punto de encuentro que posibilite un acuerdo".

Una evaluación de la situación actual que fue corroborada punto por punto por el representante de UGT, quien adelantó que en este momento no hay planteamiento de revocar los paros previstos, pero celebró que al menos estén "más cerca de una solución que cuando empezamos a negociar".

De estas negociaciones están pendientes, además de los trabajadores y empresas afectadas, administraciones como el Patronato Provincial de Turismo, cuyo presidente, Ignacio Caraballo, realizó ayer un llamamiento para que "dialoguen hasta el último minuto" porque el turismo es "una de las locomotoras de esta provincia y no se puede permitir ninguna distorsión".

El presidente se mostró pesimista sobre la posibilidad de que las partes alcancen un acuerdo antes del día 18 y preocupado por el daño que las huelgas puedan provocar en la imagen de la provincia no sólo en verano, sino "que no se nos caiga la ocupación en otoño e invierno". Asimismo, advirtió de "que la huelga es un error", aunque entiende "que hay intereses y que cada uno defienda los suyos, y eso es lícito".