Historia menuda

Huelva y la magna Grecia (y II)

  • El más antiguo de los historiadores que habla de nuestra ciudad es Estrabón, quien cita la llegada de tirios y fenicios a una isla consagrada a Hércules (Saltés) inmediata y frente a Onoba

Con respecto a la traída a Huelva de cerámica griega en los siglos citados, Clauss Von Racneky firmaba un artículo aparecido en el diario Odiel del 9 de octubre de 1980, alusivo a dicha importación:

"En la excavación del hábitat tartésico, que se está efectuando en la calle del Puerto, nº 10, se ha encontrado un fragmento de cerámica griega del siglo VI antes de Cristo, que lleva pintada la palabra, con letras negras griegas, de la diosa Pallas Atenea. Este fragmento es de un vaso griego con dibujos del Juicio de París donde están las tres diosas: Pallas Athenae, Afrodita y Hera (en latín, Minerva, Venus y Juno) con sus nombres en griego. Este vaso puede haber sido fabricado por Ergotimos de Etruria, y pintado por Critias, que son los mismos que hicieron el famoso Vaso Francois, que se encuentra en el Museo del Louvre en París. Es lógico pensar que cualquier tartésico que compró este vaso con El juicio de París pintado por Critias, se tuvo que gastar alguna buena cantidad de plata para adquirirlo. Ya sabemos que la plata producida en Tartessos, era, entre otros, el principal producto de exportación o mejor dicho de intercambio de los habitantes de Tartessos.

También existe un fragmento pequeño de cerámica griega aparecido hace unos años, una decena de metros más a poniente en la misma acera de la calle del Puerto, que muestra la letra alfa de la palabra griega kalo's, que significa hermoso, bello, bonito, que se pintaba en el siglo V antes de Cristo, en aquellos vasos que eran de especial calidad.

El pintor griego Clitias es uno de los más famosos pintores áticos de figuras negras que se conocen. Solamente existen dieciséis obras de su mano, del año 575 a 550 antes de Cristo. Por todo lo cual ruego a entendidos y aficionados a demostrar que Tartessos estuvo en Huelva…".

Con respecto a la supuesta fundación de Huelva por los griegos, el más antiguo de los historiadores que hablan de nuestra ciudad es Estrabón, geógrafo y escritor griego del siglo I antes de Jesucristo, que tratando del viaje que realizaron los tirios y fenicios para recorrer las costas del océano Atlántico y buscar en ellas asentamientos idóneos para su comercio y lograr así el tesoro de sus minas aclara que "salieron del Estrecho, caminaron 1.500 estadios al Poniente y llegaron a una isla consagrada a Hércules (Saltés), inmediata y enfrente de Onoba, ciudad de Iberia…".

En otro espacio, no duda en afirmar que "conociendo la facilidad de los estuarios para la navegación fundaron ciudades y domicilios sobre ellos…", entre los cuales cita a Onuba.

El autor se contradice en las dos citas, ya que en la primera dice que Onoba ya existía cuando llegaron los tirios y fenicios poco después de la destrucción de Troya en 1130 antes de Jesucristo y en la segunda afirma que Onoba fue fundada por ellos.

Hay, incluso, historiadores que le dan nombre griego a Huelva tras ser fundada por éstos. Así, en el tomo I de Nueva Historia General (Editorial Marín, S. A.) se puede leer:

"… Con mucha más seguridad histórica puede hablarse de las primeras colonizaciones realizadas por calcídicos y odios. Los naturales de Calcis, en la isla de Eubea, fueron los primeros que se establecieron en Italia, fundando la ciudad de Cumas. Era costumbre designar los nombres geográficos con la terminación ussa y podría seguirse su ruta hasta la península a través de estos topónimos: Pithecussa (isla frente a Nápoles), Ichmussa (Cerdeña), Melussa (Menorca), Cromiussa (Mallorca), Pitiussa (Ibliza), Ofiussa (Formentera), Kotinussa (Cádiz) y Kalathussa (posiblemente Huelva)…".

Estas citas que intentan demostrar la fundación de Huelva por los griegos las consideramos erróneas, ya que han sido muchos los restos ibéricos que se han encontrado en el solar de Huelva.

Otro testimonio del paso heleno por su factoría comercial en Huelva fue el casco griego hallado en la ría onubense en 1930 (no muy lejos del sitio donde siete años antes habían salido diversos utensilios cuando se dragaba por enésima vez la ría.

Este casco fue donado -consideramos que equivocadamente, ya que es uno de los más importantes hallazgos griegos en la Península Ibérica- a la Real Academia de la Historia en 29 de febrero de 1932.

Su datación es aproximadamente del año 560 antes de Cristo y es conocido genéricamente como "casco corintio" (nombre que popularizó Herodoto en su relato sobre las guerras libias).

Como los griegos que se acercaron por la Europa occidental no eran guerreros se supone que fue regalado como arma de prestigio a las elites de la factoría de Huelva, arrojado a las aguas como ofrenda a una divinidad acuática o, es posible, que formando parte de algún rito funerario.

Epiloga este trabajo Paloma Cabrera Bonet para aclararnos por qué cesó la actividad comercial griega en nuestros lares:

"… La crisis del comercio foceo en Tartessos fue la consecuencia de fenómenos políticos y militares que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo VI en el Mediterráneo central y occidental y como consecuencia de la crisis económica del mundo tartesio al disminuir la explotación y beneficios de la plata a fines del siglo VI, que conllevó a que los foceos abandonaran Tartessos y el comercio de vasos griegos cambiara de manos: En el siglo V serán los púnicos de Cádiz quienes controlen dicho comercio, Tartessos pasará a integrarse bajo la órbita gaditana y su fama se trasladará a Cádiz…".

Por su parte, Jesús Fernández Jurado y Pilar Rufete Tomico opinan que las razones de la desaparición de los griegos de esta parte sureña fueron motivadas por las siguientes circunstancias:

"… Es conocido que a fines del siglo VI antes de Cristo, se están produciendo múltiples acontecimientos políticos, con su vertiente bélica, en el Mediterráneo. Evidentemente, Tartessos no podía quedar al margen, como no lo estuvo en otro aspecto, y sufrió los avatares y consecuencias de dicha situación. A estas circunstancias políticas hay que sumar las económicas, que se debieron ver afectadas tanto por aquéllas, como por la posible baja de la producción de plata, explicable no por el agotamiento de las minas, sino, casi con toda probabilidad, por la falta de tecnología que permitiera una explotación minera a mayor profundidad, ya que hasta el momento se había obtenido el mineral en las monteras oxidadas que recubren las zonas mineras y en las que se encuentran la mayor cantidad de minerales argentíferos y de superior ley.

¿Fueron causas políticas o económicas? Probablemente ambas se aunaron para, en los últimos años del siglo VI antes de Cristo, dar lugar a la desaparición de los griegos y consecuentemente, provocar la decadencia de Tartessos que, de esta forma y ante la hegemonía que los cartagineses empezaban a detentar en el Mediterráneo Occidental, quedó al margen de los grandes circuitos económicos y culturales, los cuales se trasladan desde ese momento hacia el sudeste peninsular, donde se empiezan a explotar masivamente las minas de la región, que se convertirá en el núcleo de la Cultura Ibérica, la cual si se verá fuertemente influenciada por los griegos…".

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