Un centrocampista de Burgos y en hombre del deporte onubense. Aparentemente pocos lazos en común, pero en el mundo del fútbol a veces los vínculos surgen donde menos se esperan. Un recuperador burgalés acompañó al Sordos Huelva en su última competición internacional. Una llamada de teléfono y el contacto hecho. José María Benabat sorprendió a Álvaro Antón con su gesto espontáneo. Llamó a Jesús Arnáiz, recuperador del conjunto onubense en Graz, y se lo pasó. Un momento entrañable.

Benabat reconoció que esta temporada "habré visto al Recre 4 ó 5 veces en total". Al inicio "me gustó bastante porque era un equipo con ideas y criterio que podían salir o no". Luego, "hay dos aspectos que han marcado mucho. Uno es el deportivo por las lesiones en una plantilla que me parece muy corta. El otro es el institucional porque el jugador es una persona que lo sufre porque falta tranquilidad en el entorno y eso afecta". Antón lamentó que "esta campaña que más cortos estábamos de efectivos es cuando más lesionados hemos tenido". Sobre los problemas institucionales reconoció que "tratamos de que no nos influyan pero somos 21 compañeros más o menos más los jugadores del filial y en el grupo siempre hay uno que le afecta más que otro y eso al final acaba condicionando a todo el grupo".

El burgalés confía en "ganar ya por fin el domingo al Racing y comenzar a remontar esta situación". Los albiazules "tenemos muchas esperanzas puestas en cambiar nuestra dinámica, encontrar de nuevo nuestro juego y salir de la situación en la que nos encontramos en estos momentos".

A pesar de todo ello, el centrocampista recreativista destacó que "tenemos la suerte de tener una gran plantilla y un vestuario muy comprometido porque con otro grupo más problemático no sabe lo que habría pasado". Destacó como clave que "no hemos bajado los brazos en ningún momento y seguimos con nuestras mismas ganas e ilusión".

Benabat recordó que "una de las causas de esta situación actual hay que buscarla en el pasado. El Ayuntamiento era consciente de la gestión que se hacía y de la famosa deuda cero que de un día para otro resultó de 23 millones de euros que provocó la venta posterior". Por ello pidió al consistorio, "que ejerza la responsabilidad que tiene con ese pasado y como accionista que es en la actualidad porque no puede encogerse de hombros con el Recre y seguir dando patadas hacia adelante".