Fútbol

Con la cabeza bien alta (2-1)

  • El Decano planta cara al Almería con diez hombres tras la injusta expulsión de Dimas De Burgos Bengoetxea, protagonista del duelo.

El trabajo y la constancia merecieron mejor recompensa. Si el Almería, segundo clasificado de la competición, le gana a un medio de la clase media de la Liga entra dentro de lo posible, de lo razonable. Debe tener argumentos para ello. Pero que el partido lo condicione un desastroso arbitraje produce una sensación de amarga frustración. El Decano regresó con la cabeza tan alta como sus bolsillos vacíos de puntos. La estima no suma aunque al menos el Recre pudo decir que dio lo que tuvo y a quien da lo que tiene poco se le puede reprochar.

Otro año más. La visita a Almería se va a convertir en sinónimo de escándalo. Como si tuviera cuentas pendientes en el estadio de los Juegos del Mediterráneo. El Decano regresó al escenario en el que Amoedo Chas firmó la campaña pasada una de las actuaciones arbitrales más indignantes que se recuerdan en Huelva. Era el debut de Juanma en el banquillo tras la espantada de Álvaro Cervera. Un punto en el zurrón y dos en el haber del colegiado. Y parecía insuperable… Parecía.

De Burgos Bengoetxea debió ver aquel partido y se dijo antes de empezar que él no podía ser menos. Puesto a tirar de gatillo fácil, dio toda una lección. Se cargó el partido con una expulsión que sólo vio él. Dimas se fue a la calle sin rozar a Charles. Hizo una entrada fuerte, pero llegó antes que el brasileño. Se adelantó al delantero almeriense. El siguiente en tomar el camino de la grada fue Sergi Barjuan. El técnico pagó con la expulsión sus protestas. Si la indignación diese puntos, ayer el Recre se habría traído los tres de Almería. De nuevo Juanma en el banquillo y un arbitraje impropio de la categoría. Una historia conocida.

Mientras los dos contendientes estuvieron parejos sobre el terreno de juego el choque estuvo igualado. Los rojiblancos trataron de imponer su estilo. Mucha intensidad y presión en el centro del campo y salida por fuera con sus hombres de banda. El Decano, a cerrar las vías de acceso a su portería, rápido en la intercepción y buscando la profundidad de Chuli y Berrocal. Nada extraño en el guión, hasta que saltaron los imponderables con silbato.

El gol hizo daño al Recre. Los albiazules vivieron momentos difíciles. Sin su referencia en el pivote, tardaron en reubicarse sobre el terreno de juego. El Almería aprovechó para hacerse con el control del choque. Dispuso de superioridad en el centro para que Corona y Soriano tomasen el mando. No fueron más de diez o quince minutos. Lo que tardó el conjunto onubense en adaptarse a la nueva situación.

Apenas inquietaron los almerienses. El empate a cero no era mal resultado. La posibilidad de irse al descanso, recomponer las piezas y buscar una solución más sosegada no parecía mal plan. El partido caminaba hacia ese descanso. Hasta que Rafita colgó un preciso balón a la cabeza de Charles. El ariete brasileño no perdonó. Remató de forma magistral al fondo de la portería.

El Almería salió apretando. Quiso cerrar el partido pronto. No lo tuvo fácil. El Recre se defendió. Los rojiblancos insistieron una y otra vez con su juego por banda. Centros laterales para Charles. La fórmula habitual. Cabrero respondió con una mano impecable a cabeza del brasileño en el 64. Fue el primer aviso. Los locales siguieron insistiendo. El segundo llegó cinco minutos después. Tuvo mucho que decir el propio Decano. Un saque de banda se convirtió en asistencia de Charles tras anticiparse a su marcador. Aleix Vidal se adelantó a Morcillo lo suficiente (69').

En cualquier otra circunstancia el duelo habría acabado ahí. Para el Recre, no. Los albiazules no bajaron los brazos. Si debían ceder los puntos al menos que no fuera por deméritos propios. Iba a exigir un plus a los almerienses. A falta de diez minutos Ruymán cabeceó al fondo de la portería un córner botado por el centrocampista Montoro.

El miedo se apoderó de los jugadores de Javi Gracia. Les entró vértigo. Comenzó el Almería a pensar que podía no sumar una plácida victoria en la tarde de ayer. Sergi Barjuan quemó sus naves. Desde la distancia dio instrucciones. Pasó a defensa de tres. Dio entrada a Arana y se la jugó en los últimos instantes. Concedió espacios atrás. No era el momento para especular. El valor no tuvo recompensa. Los últimos instantes fueron intensos. Los atacantes rojiblancos esperaron una contra letal, mientras el Recre se hizo con el control de la situación. Después de casi más de una hora en inferioridad numérica terminó el partido en el campo del rival, atacando y buscando la épica de un empate. Sólo por eso lo mereció. Pero el fútbol no entiende de justicia y ayer en Almería privó al conjunto onubense de un punto que hubiese premiado su esfuerzo.

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