Andalucía

Un policía jubilado montó la farsa de una célula 'yihadista' en Jerez

  • El ex agente, ya detenido, llegó a narrar su historia de cómo evitó un ataque con un cóctel molotov contra un convento

Ni yihadistas, ni sus pintadas amenazantes avisando de la invasión del Estado Islámico, ni cóctel molotov contra el convento de Santa María de Gracia, ni cuchillada, ni pelea con encapuchados de negro, ni gritos en árabe. Todo mentira. Un embuste. Una farsa que obligó a que Interior tuviera que aplicar el mínimo protocolo de lucha contra el terrorismo yihadista desplazando a dos expertos a investigar los sucesos ocurridos a mediados de enero pasado en Jerez. Su protagonista, un "heroico" agente de policía jubilado que plantó cara a unos hombres que pretendía atentar contra el edificio religioso, los mismos que habían pintado en su fachada proclamas en favor de la Yihad.

Pues nada de esto es cierto. Mandangas una detrás de otra. Se las inventó Antonio H. D., que llegó a lucir las heridas que le produjo con un cuchillo -narró el mismo en una entrevista en 13TV- uno de los árabes en el forcejeo que mantuvieron y por el que impidió que los terroristas lanzaran el explosivo casero al convento, en el casco antiguo de Jerez. Los agresores huyeron. Él llamó al 112. Antes, para infudirles miedo a los yihadistas , gritó pidiendo ayuda a la Policía: "Compañeros, compañeros".

Éstos lo han detenido ahora. Han descubierto la bola de quien fue uno de los suyos. Sobre Antonio H. D. recaen los cargos por denuncia falsa y daños, que podrían verse ampliados incluso a un delito de incendio en grado de tentativa e incluso exaltación del terrorismo: él mismo es el autor de la pintadas llamando a la guerra santa. Con casi toda seguridad también tendrá que hacerse cargo del abono de los gastos que su denuncia provocó a las arcas públicas. Su delirante historia no le va salir barata. Ahora será la fiscalía la que determine los cargos que se soliciten contra el ex policía cuando el caso llegue a juicio.

Los hechos fueron interpretados en la ciudad de manera diversa. De una parte, hubo dosis de preocupación, y hasta de paranoia, entre algunos vecinos del barrio en el que tuvo lugar la trapisonda de Antonio H. D. El Ayuntamiento presidido por María José García Pelayo (PP) emitió un comunicado manifestando su "más enérgica condena" después de que la alcaldesa mantuviera una reunión con el comisario jefe de la Policía Nacional, José Antonio Fernández García-Camacho.

El obispado fue más cauto. Su reacción ante un posible -y frustrado- atentado contra un convento de religiosas pintarrajeado fue fruto de una reflexión a ritmo de salmo. "Una simple gamberrada". Efectivamente, acertó. Pero no fue cosa de chavales, sino de un hombre de 70 años. De un policía jubilado.

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