GRAN parte del éxito final de unas elecciones depende de cómo se coordine la campaña. Los partidos políticos, a través de sus coordinadores, interventores, apoderados y el resto de militantes, deben organizar una estrategia, tácticas que terminen llegando a los ciudadanos de tal forma que logren convencerlos para que, así, depositen su voto en la urna adecuada o, al menos, en la del partido que mejor ha sabido lanzar su mensaje. Preparar una campaña electoral supone un gasto económico, pero también físico y mental. No se organiza en un día y el resto se dedica a esperar. Cuanto más cerca de la jornada de los comicios, más hay que esforzarse. El mensaje debe llegar día tras día, hora tras hora y eso supone estar todo el día planificando reuniones, actos, mensajes, realizando visitas, o programando encuentros. Para que una campaña electoral sea fructífera, hay que tener en cuenta las características del territorio, sus votantes, los contendientes y, también, los medios de comunicación. Interventores, 

A través de esta información se reúne y organiza todo lo necesario para planificar adecuadamente la campaña y definir las estrategias a seguir. No es posible diseñar una campaña electoral exitosa, sin un sistema completo de información, instalado en una base de datos, que facilite el manejo de la información en el momento necesario.

No menos importante es el tema de campaña, el mensaje y el eslogan. Así como los medios de difusión del mensaje, que en las últimas fechas han encontrado un aliado especial en Internet y, dentro de este ámbito, en las redes sociales.

Una de los rasgos en los que no puede fallar una campaña electoral es en la agenda de los candidatos. De Abla, a la capital, de ahí a Carboneras y, entonces, al Ejido. Ese puede ser perfectamente un día en la vida de la popular Rosario Soto, el socialista José Luis Sánchez Teruel o Rosalía Martín, de Izquierda Unida. Hay que estar en la mayor cantidad de sitios posible. Tampoco se puede fallar a la hora de escoger al candidato, debe estar entre los más carismáticos del partido.