- Valderas dice que, como mínimo, obtendrán dos diputados en Huelva. ¿Lo ve factible?

-Lo es, sobre todo si nos atenemos a lo que percibimos de la ciudadanía, a las preguntas que nos hacen, al interés que tienen en nuestras propuestas. Ten en cuenta que estamos haciendo una campaña en una gran desigualdad de condiciones porque la Ley Electoral hace que los medios públicos nos penalicen y porque no hemos ido a por propuestas estrellas.

-¿Qué les diferencia del PP y PSOE?

-Estamos en contra del pago de la deuda prioritariamente. Esa es la gran diferencia. No pueden prometernos salir de esta situación y empeñarse en pagar la deuda y en mantener el beneficio que le están dando a los bancos. Hay que intervenir en la banca e impedir que ganen lo que están ganando.

-¿Cómo funcionaría esa banca pública que usted propugna?

-El Estado controla el dinero: cómo fluye, en qué intereses, cuál es su destino, qué líneas de crédito se priorizan. Habría que apoyar iniciativas de economía social en lugar de ofrecer grandes subvenciones a las empresas deslocalizadas. 

-Habrá quien diga que su propuesta coarta la libertad individual del ciudadano.

-Ninguna. ¿Qué libertad?

-Me refiero al derecho a ejercer la libertad  económica.

-La libertad individual se está coartando ahora en la medida en que no se dan líneas de crédito a los pequeños empresarios. La banca pública significa que el ciudadano, que es el dueño de la banca, decide en qué dirección hay que intervenir para mantener la economía. 

-Volvamos a las cábalas. ¿Pinza o pacto?

-Hemos aplazado ese debate a después de las elecciones. Queremos que haya que preguntarle al PSOE si está dispuesto a pactar con nosotros, a apoyar nuestras propuestas. Nosotros vamos a por todas, somos una alternativa y vamos a gobernar. Quien quiera que gobierne el PSOE, que vote al PSOE. Quien quiera que gobierne el PP, que lo vote. Y quien quiera que gobernemos nosotros, que voten a IU. Pero que se dejen de historias.

-¿Habrá que esperar al 26?

-En función de los votos que tengamos, así actuaremos. Sólo tenemos una cosa clara: nos opondremos a las políticas de derecha. El interés de los trabajadores en este momento sólo es representado por nosotros y a los hechos me remito.

-¿Se refiere a la negativa del PSOE a secundar la huelga general?

-¿Cómo puede ser que se pongan delante de las pancartas tras perder las elecciones y una vez que el PP hace una reforma (que abunda en la que ya habían hecho ellos), y ahora digan que  su responsabilidad les obliga a trabajar el día 29? Ese es el partido que se dice de izquierda.

-¿No es menos consecuente gobernar con el PP, a cuyo modelo se oponen, que con un partido de izquierda al que en algunos aspectos se le han atribuido conductas conservadoras?

-El PSOE no ha apoyado iniciativas de IU en el Parlamento y sí ha apoyado iniciativas del PP. A nosotros se nos acusa de seguidismo con el PSOE... No se trata de si es mejor o peor, al final habrá que debatir qué situación tenemos que adoptar. En la Diputación no hemos apoyado al PP pero al PSOE le hemos dicho las cosas claras.

-¿Cuáles son las condiciones en el caso andaluz?

-Desde luego no dejaremos de tirar de la manta para sacar toda la porquería acumulada durante 30 años en las alfombras de la Junta. Todo ese clientelismo, corruptela, amiguismo... Eso es condición sine qua non para empezar una nueva etapa de gobierno en Andalucía, gobierne quien gobierne.

-En todo caso, tendrían la llave.

-No nos conformamos. Nosotros no queremos eso, queremos gobernar. Representamos la voluntad social mayoritaria moralmente, otra cosa es que tengamos alguna posibilidad de que la gente lo entienda. Muchos trabajadores votarán al PP porque están mal informados. Porque los distraen con cosas más terrenales como la Huelva-Cádiz.

- ¿Cómo encaja el mensaje de IU en el contexto de crisis que vivimos?

-No se trata de una crisis, sino de una estafa: El sistema económico no se está parando, lo que sí se para es la capacidad de consumo de la clase trabajadora. La salida de esta situación de estafa pasa por que los recortes se hagan en la banca y no en derechos sociales, laborales, ni servicios públicos.