"Es un triunfo llegar a la meta". Así define el sevillano Pablo Torres la Mini Transat. Una regata de más de 80 participantes que va disputar a partir del próximo 1 de octubre. Saldrá desde la localidad francesa de La Rochelle y pondrá rumbo a Las Palmas de Gran Canaria, donde tendrá lugar la única parada en su camino a Le Marin, en la isla de la Martinica. Es decir, a 9.000 kilómetros -4.500 millas náuticas- del punto de partida. Una prueba que está considerada, según Torres, como "la antesala de las grandes regatas", en las que tiene experiencia, pues ha participado junto al mítico navegante José Luis de Ugarte en la vuelta al mundo que dio la Nao Victoria.

Esta historia de navegación comenzó a finales de los ochenta en el Club Naútico de Sevilla, donde dio sus primeros pasos en la vela ligera. Allí se formó y consiguió ser parte del equipo preolímpico español de 470 que luchó por estar en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004. No lo consiguió, pero su afán por surcar los mares no disminuyó. De la Nao Victoria volvió con la Mini Transat como objetivo. La construcción del barco con el que participaría fue el proyecto de fin de carrera como ingeniero naval. En 2012 salió a navegar con El Bicho, una embarcación diseñada y construida por él con la que intentaría disputar la Mini Transat de 2013. Pero la mala fortuna se cruzó en su camino y el barco se rompió en un traslado por el Mediterráneo. "Fue una lástima", matiza con melancolía sobre aquel episodio.

La rotura del barco no hizo que se rindiera, sino que le llevó a aceptar un trabajo en los astilleros de la localidad italiana de Persico Marine, donde continuó con su formación. Años después adquirió un barco de segunda mano al que bautizó como El Bicho II. La Mini Transat volvía a estar en sus planes para 2017. El 1 de octubre, si la meteorología no lo impide, Pablo Torres y su barco de seis metros y medio de eslora estarán en la costa francesa para iniciar una travesía en la que cruzarán el Atlántico sin ayuda externa y con una sola parada.

Una aventura que, según relata Torres, empieza antes del propio comienzo de la prueba. Asegura que "llegar a la línea de salida es una competición más" y que son necesarios dos años de preparación. La Mini Transat, donde El Bicho II será el único sevillano de los seis participantes españoles, mezcla la vanguardia de estas embarcaciones ligeras que pueden alcanzar casi los 40 kilómetros por hora y la navegación a la vieja usanza, pues prohíbe las cartas de navegación electrónicas, obligando así a utilizar las cartas marinas de papel.