Andalucía

Salud prepara una campaña para los colegios sobre la gripe A

  • La nueva fase de la gestión de la crisis pandémica obliga a reorientar las estrategias · El conteo de casos confirmados desaparece como indicador de referencia para dejar paso al cálculo de tasas

Nueva fase en la gestión de la pandemia de gripe A. El virus circula en la comunidad y, desde el punto de vista de la respuesta sanitaria ante esta situación, ya no tienen sentido las maniobras de cerco de brotes para evitar su expansión ni el conteo sistemático de identificación confirmada de casos. El AH1N1 ha venido para quedarse. Mejor acostumbrarse a convivir con él. Como un vecino molesto al que se saluda en el portal pero no se le invita a entrar en casa. Aunque el miedo es libre. Y, como explica Jerónimo Pachón, profesor de la Universidad de Sevilla, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen del Rocío y coordinador del comité técnico de preparación y respuesta ante la pandemia de gripe de la Consejería de Salud, "debe haber algo en nuestra memoria ancestral que despierta cuando se oye hablar de epidemias, es inevitable". Pachón, uno de los veteranos de la guerra del sida, tiene una cierta sensación de déjà vu, de haber vivido esto antes: "Cuando nos enfrentábamos a los primeros casos de lo que empezábamos a saber que era una infección por VIH, en los años 80, la desorientación y el miedo estaban en la calle. Había falta de conocimiento y de información. Hoy por hoy, la gripe A presenta unas características que no tienen nada que ver con los primeros tiempos del sida: los cuadros son leves, la letalidad es muy baja, hay medicamentos y estamos organizados".

Por ello, la Administración sanitaria autonómica ha reorientado su estrategia para manejar la crisis y prepara ya una ofensiva informativa: a partir de septiembre, personal de la Consejería de Salud se desplazará a los institutos, colegios y guarderías para dar cuenta a padres y profesores de qué se está haciendo y por qué, cómo actuar ante las sospechas y qué medidas se pueden adoptar. El cierre de centros escolares está descartado, ni siquiera en el caso de confirmación de personas con gripe. Dada la levedad de los cuadros causados por el A H1N1, que está dentro y fuera de la escuela, la principal preocupación en este sentido está relacionada con el funcionamiento de los centros educativos: si llega el caso de cerrar un colegio, será porque los profesores estén de baja por la gripe y no haya sustitutos, no porque haya niños con el virus A. Exactamente igual que si se tratase de la gripe estacional. De ahí que, cuando esté la vacuna, los colectivos profesionales estratégicos deberán ser de los primeros en recibir la inmunización. No porque la gripe mate, sino porque un colegio, o un hospital, no pueden echar el cierre por falta de personal. Ésa, precisamente, es también la explicación del uso de las famosas mascarillas por parte de algunos sanitarios en los hospitales: que el virus se transmita por vía aérea no significa que no se pueda compartir el aire que se respira, sino que se deben evitar los contactos próximos (muy próximos) y continuados en escenarios cerrados de riesgo específico, para evitar que las gotas de aerosol del tracto respiratorio de alguien contagien a un médico o a una enfermera. Si pilla la gripe, no es una tragedia; es un marrón para sus compañeros y su jefe.

Claro, que, todo esto se viene abajo cuando una ministra se mete a profeta y hace malabarismos con las estadísticas sin datos suficientes -las 8.000 muertes de las que habló hace poco Trinidad Jiménez- o se deja fotografiar con un tapabocas cuando visita un centro asistencial, como hizo el viernes la titular de Salud de Gibraltar, Yvette del Agua. Es sólo gripe, no un episodio de hazañas bélicas NBQ.

Además de a guarderías y centros escolares, esta campaña informativa llegará también a otras instituciones estratégicas, como las residencias de ancianos. Por el momento, se está preparando el contenido de la campaña; después, habrá que formar al personal que participará en ella. Y, a partir de septiembre, en coordinación con todos los departamentos implicados del Gobierno andaluz, desarrollarla.

Sólo gripe. Sin embargo, la gripe mata. Más bien, las complicaciones de la gripe. Por lo general, en personas que ya presentaban graves patologías de base. ¿Cuántas muertes habrá por la nueva pandemia, a partir del otoño, que es cuando se prevé su actividad más intensa? A día de hoy, ni Nostradamus lo sabría predecir. Es cierto que cabe la posibilidad de una mutación que derive en la pandemia perfecta; una posibilidad que existe desde que, hace muchos millones de años, los virus pueblan la Tierra. A fin de cuentas, estamos de paso en un mundo de microbios. Todavía no hay datos suficientes para lanzar modelos fiables de predicción estadística sobre la tasa de ataque en la población: la gripe estacional suele andar en torno a los 300 casos por 100.000 habitantes, con una letalidad del 0,2%. Actualmente, según los últimos datos aportados por la Consejería de Salud, en Andalucía la tasa es de 3,5 casos por 100.000. Pero, probablemente, sea mayor: dada la levedad del cuadro clínico con el que cursa la enfermedad, los casos no declarados, indetectados, subclínicos, deben ser numerosos. "Cabe esperar una tasa mayor, porque se trata de un nuevo virus", explica Pachón. Hacen falta, pues, más datos. Hacer, ahora, cálculos extrapolados, daría lugar a un artefacto estadístico sin relación con la realidad, por la debilidad de la información sobre la que se sustentaría. Habrá cálculos fiables pronto, quizá en días, cuando haya más información. En estos momentos, los 128 médicos de la red centinela andaluza para la vigilancia de la gripe siguen tomando muestras a pacientes sospechosos que llegan a las consultas y enviándolas al laboratorio del Hospital Virgen de las Nieves, de Granada, para su determinación. La cuestión, pues, deja de estar sobre todo relacionada con la medicina de emergencias para ser un asunto eminentemente epidemiológico.

¿Y las pastillas? ¿Dónde están las pastillas? Las reservas de oseltamivir -que es un medicamento, con sus efectos secundarios, sus contraindicaciones y sus fallos, no el bálsamo de Fierabrás-, unos dos millones de dosis, están almacenadas en las farmacias de los hospitales y en un centro por cada distrito de Atención Primaria de la comunidad autónoma, desde donde se deben enviar, previa prescripción especial del médico de cabecera, al centro de salud más próximo al paciente.

Los centros sanitarios privados accederán a este tratamiento, si no disponen de él, a través de las farmacias de los hospitales públicos, aunque desde la Administración sanitaria andaluza se recuerda que "actualmente no hay restricción para que los servicios de Farmacia de los centros privados puedan adquirir antivirales de las compañías farmacéuticas fabricantes". O sea, que para una situación de emergencia, la Administración responde; pero, para rutinas, que cada entidad privada decida si incluye o no en su cartera de servicios esa prestación.

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