Resto del tintero

Generosidad extrema

  • El ofrecimiento de IU de dejar la candidatura de Antonio Maíllo en suspenso por si alcanza un pacto con Podemos lleva el desconcierto a la formación de izquierdas en Andalucía.

IZQUIERDA Unida cuenta en Andalucía con tres consejeros en el Gobierno de la Junta, uno de ellos, además, vicepresidente, 1.104 concejales y gobierna en cerca de 80 municipios, siendo el mayor el de Los Palacios, en Sevilla. Podemos, de momento, carece de representación. Una de sus eurodiputadas, Teresa Rodríguez, es gaditana, pero nada más. Sin embargo, el partido de Pablo Iglesias esgrime una opción de futuro monumental: quizá se convierta en la tercera fuerza en España en las próximas elecciones generales, con vocación de dar el sorpasso al PSOE de Pedro Sánchez y colocarse en un tú a tú con el PP. Sin embargo, nunca unas expectativas, que no dejan de ser un activo virtual, concedieron tanto valor real a unas siglas. Tanto que esta semana se ha comprobado hasta qué punto está dispuesta IU en Andalucía a forzar una alianza con Pablo Iglesias; dispuesta, incluso, a entregar a su candidato, Antonio Maíllo, si fuera preciso. Eso es lo que contó su portavoz parlamentario, José Antonio Castro, en una entrevista concedida a Europa Press el pasado martes: en caso de convergencia con Podemos, Maíllo renunciaría a esa candidatura si fuese preciso.

Castro no es un bala perdida ni un lenguaraz ni una persona de verbo fácil. El portavoz de IU en el Parlamento es un tipo serio más allá de su gusto por las camisetas reivindicativas, y es una de las personas que más tiempo lleva negociando, junto a Podemos, la candidatura de Ganemos para las elecciones municipales en Málaga capital. Por eso sus palabras tronaron más. Y precedieron al desconcierto.

Una de las condiciones que Podemos pone para ir en una candidatura de unidad, del tipo Ganemos, es que el candidato y la lista se elijan en unas primarias abiertas, de tal modo que si ambas formaciones, IU y la de Pablo Iglesias, concurrieran juntos a las próximas elecciones autonómicas, Antonio Maíllo, debería de volver a competir por su candidatura. En cierto modo, lo que Castro hizo fue poner a Maíllo a disposición de Podemos.

En IU, confiesa un viejo militante a este Tintero, la declaración de Castro ha provocado un gran desconcierto: los militantes y concejales de la formación ya no saben si están asistiendo a una demolición de su formación. Maíllo tampoco contribuyó mucho a deshacer las dudas. Según la misma fuente, en principio, él se enfadó, aunque al ser preguntado por ello en Cádiz al día siguiente, el candidato dijo: "Mi candidatura es un asunto menor". Maíllo, profesor, licenciado en Filología Clásica, es un político heterodoxo, cuenta con trabajo anterior, también futuro, es políglota, pero, sobre todo, tiene poco hecha la cintura al contorsionismo político. El asunto "menor" de Maíllo, que también pudo deberse al pudor personal, dejó perplejos a muchos en IU. De hecho, Maíllo estaba en Cádiz para presentar a Martín Vila como candidato de IU a la Alcaldía después de que éste hubiera ganado unas primarias sin someterse a las condiciones de Ganemos. ¿O es que Vila también deberá renunciar a ello si IU decide integrase en un Ganemos Cádiz?

Diego Valderas, vicepresidente de la Junta y anterior coordinador de IU, respondió el mismo martes, para defender que Maíllo era el mejor candidato de la izquierda alternativa en Andalucía. Valderas propició la llegada de Maíllo con su retirada hace algo más de un año; en cierto modo, era su padre político, lo había nombrado director general de Administración Local y, después, le cedió el paso sin ninguna resistencia. Como Valderas, la consejera de Fomento, Elena Cortés, también declaró que Maíllo sigue siendo el candidato de IU: obvio, pero no tanto. De hecho, el propio Cayo Lara se mantuvo en la nueva línea oficial de IU, la que mantiene que primero son los programas, y después los nombres, estrategia que soslaya -claro está- las primarias que sí se celebraron en verano y que ganó Antonio Maíllo.

Pero hay un cuarto actor en escena, y quizás el más importante: Alberto Garzón, el joven diputado malagueño, que ostenta el cargo de coordinador para la convergencia, es decir, para la fusión con Podemos y otras fuerzas de izquierda. Garzón, que poco a poco irá consumiendo la triste figura de Cayo Lara hasta difuminarla, está ensayando con Ganemos Málaga una propuesta que puede resultar exitosa en las municipales. De hecho, el diputado está convencido de que en la capital de la Costa del Sol van a romper el bipartdismo, lo que significaría que el alcalde Francisco de la Torre perdería la mayoría absoluta. Si es así, IU se encontrará con el grave problema de tener que convencer a Ganemos de un pacto con el PSOE: o eso o dejar gobernar al alcalde del PP, aunque éste esté en minoría.

Al igual que en Málaga, en Sevilla también se va a ensayar la fórmula de Ganemos. La organización ya ha aprobado competir, convocar primarias para elegir a su candidato y a su cabeza de cartel y dejar para después la opción de un posible pacto. Rubén Sánchez, dirigente de los consumidores de Facua, no competirá por el primer puesto; todo apunta al ex Defensor del Pueblo José Chamizo, que se deja querer. El juego de las municipales ha comenzado, e IU está dispuesta a hacer uso de una generosidad extrema. Insólita.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios