Los disfraces pensados para mujeres en Navidad

¿Mamá Noel? Los disfraces femeninos dejan bastante poco a la imaginación

¿Mamá Noel? Los disfraces femeninos dejan bastante poco a la imaginación

¿Mamá Noel? Los disfraces femeninos dejan bastante poco a la imaginación

Navidad, época en la que los artilugios con los que perder la poca dignidad que nos queda están hasta en la sopa. Pero, cuánto nos gusta arrasar en los bazares con diademas de renos, gorros de Papá Noel, panderetas y zambobas. Nos vuelve locos eso de acudir en manada a todas las citas especiales con cualquier accesorio con el que parezcamos tontos de baba porque, hay que reconocerlo, el que más y el que menos saca su lado más payaso cuando llega la Navidad, será que nos vamos entrenando para los carnavales.

Tanto nos gusta colocarnos cachivaches en lo alto, que muchos nos ponemos eufóricos y hasta organizamos fiestas de disfraces. Como es Navidad y no hay que enfadar al Niño Jesús, la temática no puede ser otra que la navideña. El chino de turno ya se está frotando las manos sólo de pensar que dos millones de cabestros acudiéremos a su establecimiento para comprar el auténtico disfraz de pastor betlemita, la réplica exacta del bastón de San José e indumentarias papanoelísticas en todas sus variantes.

Cuando uno entra en el paraíso de los disfraces navideños el entusiasmo máximo lo inunda por completo. Hasta que esa persona repara en que es una chica y quiere ir de Papá Noel. Después de recorrer varios pasillos, la susodicha llega a la zona en la que se encuentran los disfraces pensados para mujeres. Suelen ser como los masculinos, pero con una pequeña, tonta y absurda diferencia. Resulta que para ir de Mamá Noel tiene que parecer que acabas de salir de un burdel.

Según entienden los fabricantes de disfraces, la esposa de Santa Claus se dedica a la vida alegre mientras su maridito reparte regalos los niños que se han portado bien. Y, claro, si la buena señora (según creen mis amigos los fabricantes) desempeña tal labor, las que deseemos vestirnos como ella tenemos que ir como si nos dedicáramos a trabajar la calle. Pues la calle que la trabajen ustedes, porque nosotras, si quisiéramos disfrazarnos de prostitutas, ya se lo habríamos hecho saber al mundo. De momento preferimos disfrazarnos de eso que demandamos sin parecer un pedazo de carne con ojos.

Pilar Larrondo

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