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Alicia gana el Maniquí de Oro de Maestros de la Costura

  • Alicia ha sido la ganadora de la primera edición del “talent” de costura al alzarse con el “Maniquí de oro”, el “Óscar” de Maestros de la Costura

Alicia gana el Maniquí de Oro de Maestros de la Costura

Alicia gana el Maniquí de Oro de Maestros de la Costura

El rostro de los aprendices se vistió de nervios y tensión desde el primer minuto de emisión,  y no era para menos. De los doce que comenzaron el “talent” de costura solo cuatro se jugaban alzarse con el “Maniquí de Oro”.

La noche comenzó con una prueba de “altura” como apuntó Palomo Spain, con la visita de Sonsoles Díez de Rivera, Patrona de la Fundación Cristóbal Balenciaga e hija de la Marquesa de Llanzol, musa de Balenciaga.

Maestros de la Costura 10, la final

“Me parecía la cosa más normal del mundo estar cerca de él -contó refiriendose al modisto- y cuando me preguntan me doy cuenta de la importancia y siento una privilegiada”, comentó Díez de Rivera, quien desveló que su madre tenía alrededor de 200 trajes de Balenciaga.

Confeccionar varias prendas a medida como homenaje al diseñador de Guetaria para los jueces y la presentadora, Raquel Sánchez Silva, fue el reto al que se enfrentaron los aprendices y de donde salió el primer finalista del concurso.

Dior dijo de Balenciaga: “Nosotros hacemos con las telas lo que podemos, Balenciaga lo que quiere”, recordó la patrona de la fundación Balenciaga, que desveló que las modelos de Balenciaga “era cierto que eran feas, pero con estilo. Porque él quería que se fijaran en el diseño y no en la modelo”.

Sonsoles Díez de Rivera confesó que solo tiene en casa “un Balenciaga: un abrigo de martas cibelinas, de mi madre, que no tiene bolsillos. No lo saco porque tengo miedo que desaparezca en un guardarropa”.

Minutos después de estas conficencias se escuchó decir a Díez de Rivera, “Chapeau”, cuando los concursantes terminaron la prueba. “Me parece de un estrés tremendo y un logro lo que han conseguido”, apuntó al ver que los aprendices habían conseguido finalizar cuatro modelos, dos clásicos y dos actuales, de Balenciaga.

Una prueba en la que el jurado no escatimó elogios hacia el resultado de las prendas de los concursantes.

¿Quien es de quién de estos objetos?

“Estoy buscando el pelo en el huevo”, llegó a decir Caprile a Alicia sobre el vestido que realizó para María Escoté.

El jurado mostró algunos de sus objetos más queridos y que, sin embargo a primera vista no parecían corresponderle a cada uno de ellos, detalles que entraban en liza para que los aprendices, de manera aleatoría eligieran el vestido a confeccionar.

María Escoté enseñó unos zapatos de época y desveló que colecciona zapatos. Estos eran de “mi abuela que es una de las mujeres más importantes de mi vida”.

Palomo llevó una pulsera de brillantes que le regaló su tía María Luisa antes de salir al desfile de Nueva York para darle “suerte”.

Un abanico con tachuelas negro era la pieza de Lorenzo Caprile,  regaló de una clienta por su buen trabajo, y nadie hubiera dicho que le pertenecía; mientras que Raquel Sánchez Silva mostró una boquilla blanca que compró en uno de sus viajes.

Tras la prueba de Balenciaga, Alicia fue la primera finalista de Maestros de la Costura y consiguió la primera bata de costurera, y bañada en llanto decía “no pensé que se podría vivir de esto”, con la mente puesta en el futuro. “Yo solo sé coser”.

Pronovias, la salida fuera del taller

El taller de Pronovias, una de las empresas líder en el sector de trajes de novia y segunda exportadora a nivel mundial, fue donde se desarrolló la segunda prueba a la que asistió su director creativo, Hervé Moreau, y tres invitados especiales: José Corbacho, Óscar Higares y Mónica Cruz que trabajaron codo con codo junto a los aprendices de los que saldría el segundo finalista para el duelo final entre dos aprendices.

La esencia de la firma, según Moreau, es añadir “novedad en la creación, en el bordado y creer en la ilusión, el amor y la pasión”.

“Estamos muy orgullosos de vosotros habéis evolucionado mucho desde aquella cortina de Escarlata O’Hara”, comentó a los aprendices Caprile antes de comenzar la prueba para realizar un traje de novia.

Cinco horas por delante, un extra que Eduardo no dudó en resaltar: “Uy, nunca he trabajado tantas horas seguidas”.

Tres invitados inesperados

Luisa eligió al actor José Corbacho como ayudante; Eduardo optó por Mónica Cruz y el torero Óscar Higares fue el ayudante estrella de Antonio. Parejas que dieron mucho juego y conectaron, en algunos casos, a la primera.

Óscar Higares confesó que comenzó haciendo diseños sastre para sus trajes de torero. “No quería ir vestido de torero como los demás. Mi maquina de coser está en el salón de mi casa y fue mi abuela con una Singer la que me fue enseñando”, desveló.

Corbacho comentó que siempre había vivido entre hilos y agujas porque sus hermanas cosían y ellas fomentaron su afición por la costura.

El actor no paró de animar a Luisa y a los otros dos invitados.Eduardo confesó arrepentirse de haber elegido a Mónica Cruz, “me he dejado llevar de impulso homosexual al ver a una mujer y pensar que sabía coser. No tiene ni idea”, apuntaba el aprendiz sobre la bailarina, que finalmente sí demostró su pericia con la aguja.

“Yo a Mónica la veía como con pena, como las mujeres de los marineros que están cosiendo las redes”, otra de las frases de Eduardo para el recuerdo.

Al altar bajo presión

“Voy a seguir hasta el final por orgullo”, apuntaba el concursante con cierta desesperación al ver que su trabajo no estaba saliendo como quería.

“Es difícil hacer un vestido de novia en cinco horas”, comentó Hervé Moreau, quien alabó el trabajo de Luisa y de Antonio. Mientras que Eduardo rompió a llorar cuando supo que su trabajo no era valorado por los jueces y su actitud fue puesta en entredicho.

“Me voy triste por como me ha salido la prueba y por todo los que ha sucedido durante ella”, señaló Eduardo antes de salir del taller.

Una prueba que ganó Antonio, lo que le convirtió en el segundo finalista de Maestros de la Costura.

Luisa se fue con pena “pero supercontenta con todo lo que me han regalado” como tercera finalista.

Duelo final

El duelo final estuvo entre Antonio y Alicia, los dos aprendices aventajados, cuyo reto consistía en confeccionar un traje de fiesta de para Eugenia Silva, madrina de esta edición del “talent”.

“Cuando elijo un vestido de fiesta pienso en que me quede cómodo, si no es así, afea el look general”, explicó Eugenia Silva.

Antes del final, la emoción se desbordó con la visita de las respectivas familias de los aprendices, que acudieron para insuflarles ánimos, además de “la familia del taller”, como definió Raquel Sánchez Silva, refiriéndose al resto de aprendices que llenaron el taller de nuevo durante la prueba final.

“Ni por asomo pensé que llegaría a la final. Siento que he llegado muy lejos”, comentaba Alicia con los nervios a flor de piel.

“La ilusión que tenía de pequeña siento que es posible hacerla realidad y vivir de la costura. Me iré orgullosa diciendo que soy costurera”, decía la concursante.

Ganar Maestros de la Costura es lograr “el Óscar de Maestros de la Costura y se lo dedicaré a mi madre”, dijo Alicia durante el programa.

El mito de Cenicienta

“Me siento como si fuese a hacer la selectividad”, confesaba Antonio. “Esta es la verdadera prueba de expulsión o me voy porque he ganado o porque pierdo. Vengo con todas las ganas y me gustaría sorprenderos”, advirtió al jurado.

La directora de Vogue España, Eugenia de la Torriente, recordó que “el vestido de noche es el mito de Cenicienta”, de ahí la importancia que se le concede en las alfombras rojas.

La especialista en moda considera que lo que no puede faltar para dedicarse a la moda “es esa chispa de emoción, y ahora más importante que nunca, la autenticidad, porque es difícil destacar en el panorama actual”.

En su despedida Alejandro Palomo se refirió a “las ganas y la ilusión y la pasión por la moda” que habían demostrado los concursantes y confesó sentirse feliz de “haberos enseñado todo o lo poco que sé”.

En la misma línea se manifestó María Escoté que recordó que lo que les había traído a “este taller es la ilusión y, pase lo que pase, nunca perdáis esa ilusión”.

Con aplausos y “bravos” al trabajo de los dos aprendices finalistas concluyó la prueba que, además de los jueces, valoró Eugenia de la Torriente de manera positiva para los dos.

Además de conseguir el Maniquí de Oro, el ganador recibe 50.000 euros, la posibilidad de realizar una colección cápsula para El Corte Inglés y un Máster en Diseño de Moda impartido por el IED Madrid, Istituto europeo di Design.

Héctor García, director de Marketing y Moda de El Corte Inglés manifestó que era “un orgullo apoyar el talento español. Vamos a hacer todo lo posible para que vuestras colecciones sean un éxito”, concluyó.

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