Psicología y Salud | Todo está en tí

El rol del salvador

Psicología y salud: El rol del salvador

Nos han enseñado desde pequeños que hay que ayudar a los demás, y muy bien, para contribuir a dejar una sociedad en paz y armonía. Pero siempre que esta ayuda sea recíproca. El rol del salvador es un papel en el que nos responsabilizamos de los demás y dejamos de lado nuestras responsabilidades. Este papel aparece en personas que en la infancia y adolescencia tuvieron que tener responsabilidades que no les correspondían por su edad (madurar antes de tiempo): cuidar de sus hermanos pequeños, abuelos o padres ausentes, y también, a veces, primeras experiencias de pareja en la adolescencia que no fueron buenas.

El psicólogo americano James D Guy lo llamó reciprocidad emocional alterada. En la infancia se ve alterada la forma en que se relaciona el niño hasta ser adulto. La persona se vuelve muy complaciente y sensible a las necesidades de los demás, olvidándose de sus propias necesidades. Por eso no es casual que luego escojan parejas con deficiencias afectivas o con problemas psicológicos. Querer ayudar a sus parejas como el “falso psicólogo” le van a generar unos problemas psicológicos como baja autoestima, cansancio emocional, impotencia, ansiedad, nerviosismo, sentimientos de fracaso, codependencia y depresión.

Pero no podemos ser psicólogos de nuestras parejas, ni de nuestros padres, hermanos, amigos…

¿Podemos ayudar? Claro que sí, pero ante problemas graves, ¡no! Y, además, esa ayuda siempre tiene que ser recíproca. Esto no solo pasa en parejas, también se da en relaciones padres-hijos, como esa madre que le sigue haciendo la cama a su hijo de 40 años o ese hijo que no vive su vida por estar todos los días en casa de los padres, siendo padres autosuficientes.

Como decíamos al principio, nos han enseñado desde pequeños que hay que ayudar a los demás, y muy bien, para contribuir a la paz y la armonía en nuestra sociedad. Ser altruistas hace que mejoremos las vidas de otras personas, pero cuando nos olvidamos de las nuestras, ya hay un problema.

El salvador suele buscar a personas a las que les hace falta ayuda. Suele buscar personas codependientes, que sienten que no pueden vivir sin el otro y que le necesitan constantemente. Al principio, el salvador se ve grande ante el otro: “Me necesita, me quiere”. Pero después se ve asfixiado y agobiado. Ninguno de los dos está bien.

Y esto, lo hemos dicho, también pasa en el ámbito familiar y entre amigos. En realidad, el salvador utiliza su ayuda para sentirse importante y verse superior al que ayuda. De esta manera controla a los demás y así él mismo no atiende ni se trabaja sus propios problemas, que en realidad son un rollo. Lo curioso es ver cómo el salvador no suele dejarse ayudar. Y lo correcto es ayudar y dejar que te ayuden.

Pero hay situaciones en las que no podemos ayudar al otro:

  • si nos encontramos mal psicológicamente por algún tema laboral, personal…
  • por lo que nos está pidiendo la otra persona y no queremos hacerlo porque nos parece abusivo y tenemos que decir que no.
  • porque alguien nos pida dinero y no queremos prestarlo.

El problema realmente es cuando damos más de lo que nos corresponde. Ayudar creyéndose uno que debe solucionar los problemas de los demás. ¿Por qué lo hace principalmente? Porque necesita sentirse necesitado, solo aporta el salvador, y más de lo que realmente puede. Esto hace que las relaciones sean complejas y sólo estén basadas en un apoyo unilateral.

La autoestima del salvador pasa a depender de los demás y depende de la cantidad de sacrificios que haga a otras personas y así recibirá el elogio o reconocimiento de los que ayudan.

¿Qué ventajas aporta el rol del salvador? Es decir, cuáles son las ganancias secundarias, porque si no las hubiese, no lo haría:

  • Se posiciona por encima del otro. Ya que él está ayudando, se siente superior y al otro lo hace pequeño porque no deja que lo haga solo. Y a su vez, el ego del salvador les hace ser incapaces de reconocer que también necesitan ayuda y pedirla.
  • Escaquearse de sus propios problemas y de su dolor a sus carencias emocionales y a sus conflictos internos.
  • Se sienten valorados, que son imprescindibles. Es la única forma por el sentimiento de sentirse vistos. Pero si el otro ya no les necesita, vendrá la frustración y sentirse perdido.
  • Tener el control. Mientras el otro me necesite, le podré controlar y así no me abandona.

Debe quedar claro que quien se relaciona desde el rol del salvador vive en frustración por sentir que no recibe lo mismo que da a los demás.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios