EDUCACION

Jornada familiar en los Maristas

  • ‘Cambia’ es el nombre del encuentro en el que se dio cita toda la comunidad educativa

Diversas actividades se realizaron en el centro educativo.

Diversas actividades se realizaron en el centro educativo. / M. G.

La comunidad escolar del Colegio Colón de los Hermanos Maristas celebraron una jornada familiar con el objetivo de integrar a padres y alumnos en un gran acto de convivencia. Los objetivos son claros: “En estos tiempos que corren de desapego y olvido de valores, se hace necesaria, más que nunca, la llamada al hogar, al fuego que atempera desde la más tierna infancia nuestros más puros anhelos”.

Los Maristas, en ese sentido, tienen muy claro cuál es la lumbre de la que manan todas las riquezas del espíritu: la familia. “Negarla, u obviarla, equivaldría simple y llanamente a contradecir el más hondo de los mensajes que obsequió al mundo San Marcelino, que no trató a la Virgen de otro modo que de madre y a los que le acompañaron en su labor, de otro modo que de hermanos”. Así no se entiende ningún acto Marista sin la premisa del profundo y entrañable parentesco anímico que asume, con gozo, cada uno de sus miembros.

Es por eso por los que todos fueron convocados a un acto en el que más que en ningún otro día del año, se hizo presente en el Colegio Colón en la celebración eucarística y posterior convivencia, en las que se hizo presente ni más ni menos que el fundamento mismo que hizo nacer y dio sentido a la Congregación, hace ya la friolera de dos siglos.

Bajo el vigoroso lema Cambia –porque en el cambio reside la propia vida–, volvieron a reunirse, como cada año, padres, madres, abuelos, alumnos, monitores, profesores y toda la heterogénea progenie Marista, para celebrar los muchos valores que heredaron de su fundador.

Tras la Eucaristía llegaron las más variadas actividades deportivas y lúdicas, que se prolongaron luego con un almuerzo y barra solidaria, que se remató con la entrega de medallas.

El centro docente invitó desde a toda la familia Marista onubense a sumarse al evento, “porque en la familia –lo creemos sinceramente– prende el fuego de la verdadera vida”, dicen desde el centro.

Así se pudo vivir una de las jornadas de convivencia de las más deseadas por los alumnos, en la que pudieron disfrutar de muy diversas actividades deportivas y lúdicas. Convirtieron así el patio del colegio en el gran salón de la casa de la familia Marista, que cada año se reúne para renovar los lazos de amistad y fraternidad que les une todo el año.

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