Las charangas son el alma de cualquier fiesta. Su sonido desenfadado nos invita irremediablemente a bailar, divertirnos y desinhibirnos si bien detrás de esa imagen que proyectan se esconde profesionales de la música altamente cualificados que ponen todo su talento al servicio del público, al igual que harían los mejores concertistas.

Así quedó demostrado en la I Concentración Nacional de Charangas de Bollullos Par del Condado que organizó la agrupación Disonancia, con motivo de sus tres lustros en el mundo de la música. Con la colaboración de la concejalía de Cultura y Turismo, el encuentro "músico-festivo", tal y como lo denominaron sus autores, hizo las delicias de los presentes demostrando la capacidad para transformar y versionar canciones al objeto de que adquirieran un ritmo que hiciera disfrutar a todo tipo de público.

El Paseo de la Coronación fue el escenario en el que actuaron unas charangas que deleitaron al respetable con lo más granado del repertorio actual. Demostraron con ello, el talento y esmero de estos grupos por cuidar sus notas y coreografías, tanto o más como el show que despliegan, siempre con un único objetivo: divertir tanto a pequeños como a mayores en un lenguaje universal como es el de la música.

En esta primera edición participaron trece charangas; de Bollullos: Tropical Band, Los Entonaos, La Cabra y Disonancia. Dentro de la provincia hicieron lo propio Rockobongos, de La Palma del Condado; Los Otros, de Ayamonte; Los pofezionales, de Huelva y Cachonera, de Jabugo. El cartel lo completaron Bandgrup, de Ubrique (Cádiz); El Bombazo, de Villanueva del Duque (Córdoba); Los Chachos, Fuente Vaqueros (Granada); Del Pirata, de Olivares (Sevilla) y Sevillage People de Compañía Majareta, de Sevilla.

Tras el éxito de la propuesta, desde el Ayuntamiento mostraron su confianza en que esta "sea el embrión de un gran festival en nuestra ciudad dentro del panorama musical de las charangas". La institución aprovechó el evento para dar a conocer la cultura del vino y que los grupos se trasladaran a las principales bodegas del municipio, degustando los afamados vinos y los dulces locales.

Disonancia nació en el año 2002 y fue una de las primeras charangas que se constituyeron en la provincia. Fue, además, pionera en incorporar a los instrumentos de metal, madera y percusión un showman o speaker para interactuar con el público, brindando con ello algo más que un espectáculo musical.

Rogelio Camacho, presidente de la asociación musical bollullera, explica que el secreto para mantenerse tanto años al pie del cañón ha sido mantener el núcleo del grupo, integrado por "amigos" que comparten algo más que su pasión por el pentagrama. A lo largo de este tiempo, la charanga ha dejado su inconfundible sello en numerosos festivales en Cádiz y Sevilla amén de pasear su música en cabalgatas, fiestas y todo tipo de celebraciones por toda la geografía española.