tiempo navideño

en Santa Brígida

  • Galaroza ofrece este fin de semana uno de los grandes atractivos navideños de la Sierra

  • Incluye labores artesanales en vivo como los bordados o la realización de sillas de enea

El Belén Viviente de Galaroza incluye arado, carpintería, bordado o la elaboración de sillas, todos oficios tradicionales  en el municipio, además de otras escenas.

El Belén Viviente de Galaroza incluye arado, carpintería, bordado o la elaboración de sillas, todos oficios tradicionales en el municipio, además de otras escenas. / reportaje gráfico: tristancho

El Belén Viviente de Galaroza se ha convertido en una de las citas obligadas del invierno serrano. La actividad es posible gracias al esfuerzo conjunto del colectivo del Belén Viviente y del Ayuntamiento, con la colaboración de algunos colectivos del pueblo y de la Diputación Provincial de Huelva. Su apertura se produjo el día de la Inmaculada y estará hasta este fin de semana, ya que el resto de días de estas fiestas los organizadores tendrán que hacer frente a la organización de la Cabalgata de Reyes.

Galaroza atesora esta tradición desde hace décadas, aunque hace ya alrededor de quince años, el belén se realiza al aire libre, a pesar de los inconvenientes que conlleva en estas latitudes serranas. Por ello, se ha convertido en el de más tradición en la comarca.

El escenario es idílico. Las laderas del cerro de Santa Brígida están acondicionadas para un recorrido amplio y completo, al que no falta de nada. Escenas como panadería, puesto de frutas o telar son acompañadas por numerosas personas que acarrean agua, por burros que transportan leña, por hogueras donde se tuestan castañas o se hacen migas, y se ofrecen tantos productos típicos de la zona como frutas y hortalizas. Se dan especialidades en algunas escenas, como la de un arado por mulas a la antigua usanza, la carpintería, tan ligada a Galaroza, incluye labores artesanales en vivo como los bordados o elechao de asientos de enea en las típicas sillas de estilo sevillano que se fabrican en este pueblo, y, por supuesto, el nacimiento, instalado en el interior de la ermita de Santa Brígida, magnífico edificio del siglo XIV.

Es esta ermita el epicentro del evento, alrededor de la cual se desparraman las escenas costumbristas y se organiza el itinerario de visita. El recorrido está repleto de elementos autóctonos, como cucharros de corcho, cestas de olivo, bancos de madera de castaño, aperos de labranza, etc. La mayoría son escenas vivas, dotadas de dinamismo y actividad, protagonizadas por hábitos propios de Galaroza, como la elaboración de buñuelos, migas y castañas asadas que se degustan gratuitamente junto al mosto, por los miles de visitantes que suben cada año al cerro.

A lo largo de estos años se introdujeron nuevos atractivos, como una estética portada, un cartel gigante de bienvenida o la instalación de diversos puestos de artesanía. Este año, frente a la ermita se instalaron escenas relacionadas con un mercadillo.

La fama del belén viviente cachonera se extiende por las provincias limítrofes, y son miles las personas que lo admiran cada edición, habiendo sido reconocido con la elaboración de numerosos reportajes de prensa y televisión.

Los ingresos obtenidos son empleados en la cabalgata y en otras labores sociales.

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