Enseñar a la ciudadanía sus instalaciones de Palos de la Frontera, sus procesos productivos, controles ambientales y medidas de seguridad es el objetivo de las jornadas de puertas abiertas de Cepsa. Ciento cincuenta personas participaron ayer en esta iniciativa, que la compañía lleva realizando, en el marco de su política de transparencia, desde 1999.
Fue el sexto y último día de las jornadas de puertas abiertas organizadas para 2019. Éstas se iniciaron el pasado 22 de marzo y contaron con un gran número de asistentes, incluso algunos de ellos se desplazaron desde Madrid y Toledo ex profeso para conocer la fábrica que Cepsa tiene en la provincia onubense.
La visita comenzó con una charla en la que se les explicó a los asistentes la actividad que se lleva a cabo en la Refinería y la Planta Química de Palos de la Frontera, así como la presencia de Cepsa en Andalucía, España y otros países. Se apuntó que en China se han puesto en marcha una planta química similar a la onubense, y que un profesional de la fábrica de Palos se desplazó hasta allí para enseñarles su funcionamiento.
Las instalaciones de Cepsa en Palos, que ocupan 300 hectáreas de extensión, generan 1.050 empleos directos. La capacidad de destilación es de 9.500.000 toneladas al año, aunque el pasado año se llegaron a los 11.500.000 toneladas.
La producción de la planta química es de un millón de toneladas al año de cumeno, 600.000 de fenol y 370.000 de acetona.
Tras realizar un recorrido en autobús por las instalaciones, los visitantes se dirigieron hacia la Laguna Primera de Palos, paraje natural, incluido en la Red de Espacios Protegidos, donde se estaban anillando aves passeriformes, para lo cual se habían colocado redes en distintos puntos del paraje.
Los más pequeños pudieron ver de cerca y tocar uno de los pájaros que estaban anillando, así como conocer la variada flora que hay en el paraje natural mientras recorrieron el camino que conduce al observatorio de aves.
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