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Los Jarritos inundan de fiesta Galaroza

  • El origen del evento festivo se remonta al siglo XIX, cuando alfareros extremeños de Tierra de Barros paraban en el pueblo camino de la romería de la Reina de los Ángeles

Los Jarritos es una de las fiestas más importantes para Galaroza, por lo que todos los cachoneros tenían marcado el día de ayer en el calendario como una fecha especial. Desde las 9:00 cientos de personas se echaron a la calle para celebrar una gran mojada colectiva que la confirma como una de las fiestas más singulares y entrañables de Andalucía. Lo importante no es la mojada en sí, ya que hay muchos pueblos que en los últimos años la organizan durante el verano para luchar contra el calor y pasarlo bien. Lo verdaderamente importante en Los Jarritos son los matices de la fiesta, que la convierten en la más importante mojada cultural de Andalucía.

Junto a su aspecto lúdico y festivo, el acontecimiento mantiene elementos culturales y etnológicos muy acentuados, además de encerrar un arraigado sentimiento de todo el pueblo hacia el agua que adquiere en él un carácter imprescindible, tal y como puede advertir cualquier viajero de los muchos que llegan a estas tierras para buscar el contacto con la naturaleza y encuentran un sinfín de manantiales y fuentes.

Desde las 9:00 cientos de personas se echaron a la calle para la celebraciónLa gran cita cachonera mantiene elementos culturales y etnológicos muy acentuados

Así defienden su tradición más que centenaria los cachoneros, que saben que su origen está en el siglo XIX y tuvo que ver con el paso por el pueblo de los alfareros extremeños, que iban camino de la Romería de la Reina de los Ángeles que se celebra dos días después. Los vecinos compraban piezas de barro que probaban en la fuente y se cree que el gesto de algún vecino que mojó a otro para hacerle una broma dio pie al inicio de la fiesta.

Los vecinos están orgullosos de sus matices ecológicos y ambientales, ya que la fiesta es una de las formas en que los cachoneros dan las gracias a la naturaleza por la riqueza de aguas de su término municipal. Los aspectos sensuales y eróticos hicieron que la fiesta estuviese perseguida durante la Dictadura franquista, por lo que ya en democracia se han desarrollado elementos de libertad y sana algarabía.

Hay multitud de formas de participar en la fiesta: con cubos, con piporros, con pistolas, tirando el temible latigazo, sumergiendo a los amigos en el pilar, comiendo migas y sardinas y, en definitiva, con la implicación en la locura colectiva que suponen Los Jarritos. El entorno de esta fiesta es la Fuente de los Doce Caños, que puede ser considerada como una de las más hermosas de la comarca y, sin duda, la que identifica mejor al pueblo que la acoge. Para su participación en ella se aconsejaba a todo el que visitaba Galaroza que no olvidase en su maleta un impermeable si no quería salir empapado, o hacerse con un piporro o un cubo y participe con los cachoneros en la mojada.

Otra característica clara es su vinculación con la artesanía gracias a la presencia del piporro, que algunos se empeñan en recuperar como pilar fundamental de la mojada. Además, existen otros componentes etnográficos como la forma de tirar el agua, la inmersión en el pilar, la convivencia durante la fiesta y después de ella, los lugares monumentales que representan las fuentes, en especial la de Doce Caños, y tantas otras cuestiones que hacen de Los Jarritos un auténtico acontecimiento cultural.

La vertiente lúdica hace de esta mojada un instrumento turístico de primer orden que el pueblo está empeñado en explotar racionalmente. De hecho, el Ayuntamiento, junto a la Asociación Cultural Lieva y el colectivo Amigos de Los Jarritos impulsa su declaración como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.

Los gritos de "¡¡¡Aguaaa ahíiii¡¡¡¡" y "…viene secoooooo", resonaron por las calles de Galaroza como cada 6 de septiembre para anunciar momentos de diversión y de arraigo cultural de una fiesta insustituible en el calendario serrano.

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