El belén es el icono navideño de cada hogar cristiano. Cada año de los sótanos, roperos y trasteros las familias desempolvan las pequeñas figuras que representan escenas del Evangelio en la historia del nacimiento del hijo de Dios.

La Asociación de Belenistas El Templo es una entidad que desde hace años trabaja por enaltecer y preservar la esencia de esta tradición ancestral. En La Palma del Condado sus miembros se afanan por revivir estos pasajes históricos con un nivel artístico de altísimo nivel. Estas recreaciones se realizan a través de figuras que llevan la firma de reputados escultores y especialistas del mundo de la escultura y la imaginería.

Tanto el belén histórico, que sigue el patrón de los cánones establecidos, como su homólogo creativo, donde se crean situaciones costumbristas, muestran una belleza que embelesa al espectador. Unas sensaciones que afloran gracias al porte de figuras que invitan a ser contempladas con mesura, deleitándose en el trabajo de su creador a la hora de dotar a cada pieza de un lenguaje corporal que dé empaque a la historia que se narra; amén de expresiones faciales que dotan de vida el inerte barro.

El escenario no se queda rezagado en este mimo por el detalle. Un buen ejemplo se encuentra en el patio andaluz que han construido para esta edición, que luce unas imponentes rejas de forja que dan acceso al patrio principal, así como azulejos andalusíes que enriquecen la fachada. Mientras, en su interior, una enorme vida de animales, trabajadores y productos de la huerta diseminados por sus instalaciones terminan de confeccionar una escena con un inmaculado nivel estético.

La presidenta de la asociación, Ana Guerrero, detalla que en esta edición las figuras llevan la firma artística de José Ángel Oviedo, que ha tomado el testigo de otros grandes escultores como Alberto Ruiz o Pedro Ramírez. "Cada año cambiamos todas las figuras y el escenario en el que se recrea", que siempre van acordes con el diseño arquitectónico que se concibe para la ocasión. El belén monumental ocupa este año una superficie de 30 metros cuadrados, mientras que el artístico la mitad.

Toda la basta actividad que desarrolla la entidad a lo largo del año da sus frutos en estas fechas. Guerrero pone de ejemplo los talleres donde los socios pintan a mano piezas adquiridas en escayola o barro a las que se les aplica pintura al agua. El resultado en nada desmerece a las figuras manufacturadas que se encuentran en las tiendas y demuestran con ello el buen hacer y talento de unas manos que denotan el mimo por el más sutil de los detalles.

La Asociación El Templo, que cuenta con centenar y medio de socios, fue creada en 1999 para perpetuar la conmemoración del nacimiento de Jesucristo, siguiendo así el testigo de San Francisco de Asís cuando en el año 1223 montó el primer belén en una cueva cercana a la ermita de Greccio (Italia).

En el afán de los palmerinos por escenificar con todo lujo de detalles cada uno de los dioramas y dotar a estas escenas del mejor acabado artístico, a lo largo de su historia la entidad ha venido desarrollando cursos de policromía, de moldes de escayola, de iniciación e incluso de construcción de edificios; conocimientos todos ellos que les ha permitido dar vida a nacimientos que, año tras año, ganan en rigor histórico y mejor factura técnica.

Pero más allá de esta aspiración por el crecimiento artístico, el objetivo de la asociación es más espiritual: tratar de emular al rey Carlos VII de Nápoles cuando tomó la corona de España y promovió los nacimientos entre la aristocracia como medio de evangelizar y rendir homenaje al nacimiento del Redentor.