Chiclana

Cádiz, tierra fértil para levantar hoteles tras la pandemia

  • Las cadenas encuentran en la provincia varios destinos rentables para una inversión segura

  • Las operaciones en Costa Ballena constatan el resurgir del sector en 2022

El Hotel Cádiz Bahía, del Grupo Q, abrió hace unas semanas en la antigua residencia de Tiempo Libre de la capital.

El Hotel Cádiz Bahía, del Grupo Q, abrió hace unas semanas en la antigua residencia de Tiempo Libre de la capital. / Julio González

2022 se presentaba como el año de la recuperación del turismo. Levantadas las restricciones de la pandemia, el sector aspiraba a sobreponerse y alcanzar los datos de 2019 tras dos veranos en los que, pese al Covid, Cádiz se había consolidado como una referencia turística en España.

La fidelidad de los visitantes nacionales ha permitido cerrar un muy buen año, aunque la guerra de Ucrania y sus consecuencias han impedido recuperar todo el terreno perdido: la rentabilidad de las empresas es menor por el aumento de costes y se ha frenado la llegada de extranjeros por el contexto internacional. En cualquier caso, el sector es optimista y sitúa a Cádiz como uno de los destinos con mayor potencial en los próximos años. Y tiene sus motivos.

2022 se ha confirmado como el año en el que los inversores volvieron a mirar con decisión al mercado hotelero gaditano. Tras la crisis de 2008 y la pandemia, en los últimos meses se han confirmado varios proyectos destacados en distintos puntos de la costa. En un contexto de incertidumbre, Cádiz cuenta con destinos turísticos con proyección para una inversión rentable a medio plazo.

En el Novo Sancti Petri, que reúne una cuarta parte de las camas de la provincia, se han vendido dos de las últimas parcelas hoteleras disponibles en la zona. Los inversores, dos grupos destacados que anunciarán sus proyectos en los próximos meses, pretenden poner en marcha hoteles en primera y segunda línea de playa que sumarán en torno a un millar de plazas a la oferta chiclanera.

Dos empleados en un establecimientos hotelero del Novo. Dos empleados en un establecimientos hotelero del Novo.

Dos empleados en un establecimientos hotelero del Novo. / Julio González

No es el único destino costero donde se han confirmado este tipo de movimientos. En El Palmar, parece desatascarse la puesta en marcha del polémico hotel que se iba a construir hace dos décadas en la zona, ahora como un hotel de lujo. Y en Cádiz capital se ha confirmado la venta del hotel del Estadio por 25 millones de euros, así como la reciente inauguración del hotel del Grupo Q en la antigua residencia de Tiempo Libre.

Además, también hay movimientos importantes en Costa Ballena. Según ha podido saber este medio, están a punto de cerrarse varias operaciones de compra-venta en distintos puntos del complejo turístico, tanto en la zona más pegada a Chipiona como en la de Rota. Detrás de los terrenos también están cadenas hoteleras destacadas que proyectarían nuevos hoteles y apartamentos turísticos.

Los anuncios llegan incluso lejos de la costa, con proyectos de turismo interior también en la Sierra de Cádiz. Recientemente, Grazalema confirmaba el primer alojamiento hotelero para Benamahoma, proyectado sobre el antiguo albergue que la empresa sevillana Lipasam tenía para familias de trabajadores.

Todas estas operaciones, a las que se podrían sumar otras en los próximos meses, constatan que el mercado hotelero gaditano vive su momento de mayor actividad desde la crisis de 2008. Los inversores se fijan en Cádiz, donde encuentran una provincia con proyección para una inversión segura.

Todo ello, pese al aumento de los costes de construcción y la incertidumbre respecto al turismo internacional. ¿Por qué? “Porque confían en que dentro de dos o tres años nos hayamos recuperado del todo y se inicie un nuevo ciclo turístico”, explica el presidente de la Asociación Provincial de Hoteles, Stefaan De Clerck, quien espera que el bache acabe “con el fin de la guerra de Ucrania”. El sector encuentra diferencias notables con 2008: “Esta vez se estabilizará pronto”.

“Cádiz es hoy un destino con gran futuro que ofrece estabilidad. La provincia no está sobreedificada como para que haya masificaciones porque ha habido una construcción sostenible, organizada y respetuosa con el medio ambiente, lo que conlleva que tengamos un potencial brutal en los próximos años”, concluye el portavoz de los hoteleros.

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