Diego Urdiales | Torero

"El tiempo ha demostrado que deberían haberme contratado más"

  • El pasado 25 de agosto, en la plaza de Bilbao, el torero arnedano realizó una de las faenas artísticas más importantes de las últimas temporadas

Diego Urdiales, en su salida a hombros de la plaza de Bilbao el pasado 25 de agosto.

Diego Urdiales, en su salida a hombros de la plaza de Bilbao el pasado 25 de agosto. / Miguel Toña / Efe

El matador de toros Diego Urdiales (Arnedo, 1975) cinceló el pasado 25 de agosto en Bilbao una obra de arte excelsa ante su segundo toro, de Alcurrucén, al que desorejó, dentro de una actuación colosal en la plaza de Vista Alegre y tras la que salió a hombros. Cuajaba una de las faenas más importantes de los últimos tiempos en su tercera tarde en la temporada. Torero de culto al que bendijo Curro Romero es un referente para el aficionado por su clasicismo, naturalidad y torería. Sin embargo, apenas ha toreado desde que debutara con picadores en su pueblo en 1992. El próximo año cumplirá dos décadas como matador de toros –tomó la alternativa el 15 de agosto de 1999, en Dax (Francia), de manos de Paco Ojeda– y debido a un sistema inoperante está inédito en multitud de plazas. Para no arrojar la toalla, llegó a trabajar de pintor y contó con la fe ciega de su apoderado, Luis Miguel Villalpando, y de su familia. Urdiales, reservado, sensible y profundo, nos abre su corazón.

–Diego, ¿ha sido la mejor faena de su carrera?

–(Pausa larga) Es difícil. Siempre hay tardes que las vives de manera especial y esta es una de ellas ¿La mejor?... No me atrevo. Son faenas especiales en las que vives momentos que uno sueña, torear como uno siente. Además de dominar al toro, reducir su velocidad. Me dejé llevar por lo que uno tiene dentro.

"Todos sabemos como se mueve el mundo del toro. Los empresarios deberían hacérselo mirar"

–Asombra que fuera su tercera corrida de la temporada.

–Hay que tener una capacidad mental muy fuerte. No había toreado nada. Me había quedado fuera de Madrid, de Sevilla, de todas las plazas importantes y Bilbao suponía una responsabilidad muy grande por la tensión y por la preocupación.

–Dicen que la falta de contratos puede frenar el crecimiento como torero.

–En mi caso se demuestra que puedo crecer.

–Hace tiempo, Curro Romero elogió su buen toreo y, entre otras cosas, algo que pocos toreros ejercen actualmente:el sentido que tiene de la medida en la faena.

–Aquello fue una inyección de moral increíble. No tengo palabras de agradecimiento hacia Curro Romero. Que una leyenda dijera esas cosas me proyectó más confianza e ilusión. En cuanto a lo que me pregunta, la medida, yo creo que sí la tengo. Uno tiene que saber hasta dónde tiene que llegar porque todo tiene su momento en función del toro. La medida es fundamental.

–¿Qué siente cuando está toreando a placer?

–(Tarda en contestar)No se puede explicar con palabras. Te dejas llevar por tu interior. Es lo que buscas toda la vida.

–¿Qué es lo más hermoso que ha vivido como torero?

–Quedarme con una cosa es imposible. Desde luego, me quedo con aquellos comienzos, con la inocencia, ajeno a las circunstancias externas, que te permite vivir el toreo en plenitud. Luego, llegar a matador de toros. Y más tarde, intentar torear siempre mejor, que es lo que me llena. Soñar con esa faena mejor, con ese mejor muletazo.

–¿Y lo peor?

–Tantos parones. De novillero, toreaba por temporada, una, dos o incluso ninguna novillada. Yde matador exactamente lo mismo. Hasta 2007, cuando indulté un toro de Victorino en Logroño y entré por primera vez en San Isidro por la vía de una sustitución, apenas había toreado.

–¿Por qué no han contado los empresarios con usted como merece?

–Todos sabemos como se mueve el mundo del toro. Habría que preguntarles a ellos. El tiempo ha demostrado que deberían haberme puesto más veces. En muchas ferias no he debutado. Deberían hacérselo mirar. No hablo de justicia, porque la justicia no existe. Pero, bueno, hay aficionados a los que gusta mi toreo y lo percibo.

"Cuando me han dicho que he recordado a Romero toreando me da vértigo. Es como tocar a Dios"

–¿En qué falla el sistema?

–Todos lo vemos. Hay muchos intereses.

–Se lo pregunto de otra manera:si usted estuviera bajo el control de una empresa, ¿torearía más?

–Es posible. Pero yo necesito tener a mi lado gente que confíe en mí y saber que puedo ir por el camino que quiero.

–Tras el triunfo de Bilbao viene una recta final exigente.

–Un mano a mano con El Juli en mi tierra, en Logroño y el día del Patrón, de San Mateo. En la Feria de Otoño estaré, por el sorteo, en la corrida de Fuente Ymbro, una ganadería con la que he tenido triunfos muy importantes, y en Zaragoza, junto a Ponce y Perera con la corrida de Puerto de San Lorenzo en el día del Pilar.

–¿Le veremos el próximo año en Sevilla?

–Tengo ilusión por sentirme torero en esa plaza, que cuenta con una afición con una sensibilidad especial.

–¿Cómo un torero de La Rioja torea con aires del Sur de manera suprema?

–Me lo han dicho muchas veces. Ya sabe que Rafael Guerrero, un sevillano que quiso ser torero, me enseñó a coger el capote y la muleta. Me hablaba del toreo con sensibilidad y me lo metió en las venas.

–Han contado que en Bilbao recordó toreando a la verónica a Romero...

–Cuando me lo han dicho me da vértigo. Es como tocar a Dios.

–¿Cuál es el objetivo en su tauromaquia?

–Intentar torear todavía mejor, con naturalidad, con torería. Que tenga majao; como dice Curro.

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