Toros

Del sorteo al 'Bombo incompleto'

  • En el siglo XIX Mazzantini luchó contra el privilegio de 'No hay quinto malo' y se sorteó por primera vez en San Sebastián

  • En el XXI, Simón Casas ha dado otro paso para San Isidro 2019

Un sorteo tradicional de toros antes de la celebración del espectáculo.

Un sorteo tradicional de toros antes de la celebración del espectáculo.

No hay tertulia taurina en la que no entre en liza el sistema del Bombo para San Isidro que ha ideado el empresario francés Simón Casas y que es un paso que va más allá del sorteo que nació en el siglo pasado y acabó con aquello de No hay quinto malo. La pena es que es un Bombo incompleto porque ni entran en juego todas las ganaderías posibles ni todos los toreros. En cualquier caso, es un paso más con el que no han tragado algunas figuras de hoy.

Para entenderlo sería conveniente adentrarnos en la historia taurina. Dentro de la lógica, quien tiene más poder quiere controlar su espacio, su dominio o, en el caso del torero, su profesión. Por ello, quien ha alcanzado los puestos cimeros quiere gestionar su carrera y la elección de ganaderías a su antojo. Cuando nació el sorteo de los toros, los espadas que mandaban lo despreciaron y, sin embargo, hoy es algo natural –se realiza por miembros de las cuadrillas, con los números de los toros en un papel que convierten en bolita y se mueven dentro de un par de sombreros– con la finalidad de que ningún diestro tenga privilegios sobre sus compañeros.

Se reservaba para el quinto toro el de mejor nota destinado al torero con más poder

El sorteo comienza a imponerse en el siglo XIX con Luis Mazzantini como máximo valedor, quien apoyado por otros diestros y aficionados se oponía al sistema vigente hasta entonces, en el que el ganadero lidiaba las reses según el orden que establecía él mismo y que favorecía a los diestros con mayor fuerza. Según Díaz Cañabate, los ganaderos reservaban para el quinto lugar aquel toro que tenía mejor nota y que, por tanto, le inspiraba más confianza para el torero con más poder del cartel, que iba en medio, entre el más veterano y el neófito.

En 1899, tan sólo Guerrita y Emilio Bomba son los únicos matadores que continuaban oponiéndose a ese nuevo sistema del sorteo y retirado Guerrita es cuando se reglamentará.

El tratadista Fernando Vinyes llegó a recoger que el primer sorteo de los toros que se realizó tuvo lugar en la plaza de San Sebastián el 15 de agosto de 1896. Con Mazzantini, ayudado por Reverte, se sorteó un encierro que perteneció a la ganadería de Aleas.

Pues bien, desde entonces, nadie movió un dedo por un cambio. En los ochenta, algunos periodistas abogaron por un sorteo total, con un bombo con todas las ganaderías y otro con todos los toreros y que la suerte resolviera.

Desde entonces, salvo en tertulias, el tema no pasó a mayores hasta que Simón Casas, como empresario de Las Ventas, introdujo el año pasado su Bombo en la Feria de Otoño. Fue un éxito. Para este San Isidro ha incitado a las figuras para que entraran. Entre los grandes, el veterano Enrique Ponce o el torero de moda, Roca Rey, han dado el paso al frente. Morante de la Puebla, El Juli y Manzanares no han querido saber nada y se han quedado fuera. Es un Bombo incompleto porque, además, los otros dos puestos de la terna los rellena el propio organizador; pero es un paso importante que han visto con agrado los aficionados madrileños.

Resultado del ‘Bombo de San Isidro’, ideado por Simón Casas. Resultado del ‘Bombo de San Isidro’, ideado por Simón Casas.

Resultado del ‘Bombo de San Isidro’, ideado por Simón Casas. / Plaza 1.

Tras sortear los diez puestos de toreros para las diez ganaderías establecidas por el gestor, el resultado –como ya informamos– es: Ponce con Juan Pedro Domecq; Ferrera con Puerto de San Lorenzo; Urdiales con Alcurrucén; Castella con Jandilla; Perera con Fuente Ymbro; Ureña con Alcurrucén; López Simón con Parladé; Roca Rey con Adolfo Martín; Lorenzo con Garcigrande y Marín con Montalvo.

Según la empresa, para completar la terna tendrá en cuenta “toreros que hayan sorteado en el bombo y quieran torear más de una corrida; confirmaciones de alternativa; toreros emergentes; toreros habituales de corridas duras a quienes se le ofrece la oportunidad de entrar en otro tipo de carteles y otros que tengan legitimidad para torear en San Isidro”.

Si echamos un vistazo atrás en la historia, nos damos cuenta que el Bombo incompleto de Casas, casi un siglo y cuarto después del nacimiento del sorteo, podría constituir a largo plazo una revolución en el mundo taurino, anquilosado en la organización. De hecho, es significativo que tres diestros como Morante, El Juli y Manzanares no hayan querido entrar en el mismo en el que, por cierto, varias de las diez ganaderías son predilectas de las figuras.

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